La desgarradora carta que una mujer le envió a su violador en EE.UU.

"Estuviste dentro de mí, por eso estamos aquí ahora", dice la misiva. El agresor fue descubierto violando a su víctima detrás de unos contenedores. Le bajaron le pena.

Foto Ilustrativa.-

Enero de 2015 será para siempre una bisagra en la vida de una joven que fue víctima de una violación en el campus de la Universidad de Stanford. Probablemente nunca pueda borrar ese mes de su memoria, ni tampoco de su cuerpo.

La joven, que fue abusada sexualmente por Brock Allen Turner, pide a gritos justicia. Es que a su agresor, que enfrentaba catorce años de prisión, le bajaron la pena a seis meses de cárcel y libertad condicional.

Allen Turner fue descubierto violando a su víctima detrás de unos contenedores
La Fiscalía había solicitado para Turner una sanción de seis años de prisión, pero el juez Aaron Persky lo desestimó al considerar que un castigo tan severo podría influir de forma negativa en el futuro del joven.

La ausencia de antecedentes penales en el historial del agresor y su corta edad -20 años- también contribuyeron a que evitara una pena mayor.

En el momento de la violación la víctima estaba alcoholizada, por lo que se encontraba en un estado de inconsciencia. Durante el juicio aseguró no recordar el episodio, pero testificó con unas duras palabras. “Soy un ser humano que fue herido de forma irreversible”.

No conforme con la sentencia dictada, la joven decidió escribir una extensa carta dirigida a su violador, que publicó el portal Buzzfeed.

“No me conoces, pero estuviste dentro de mí, por eso estamos aquí ahora”, empieza la carta que escribió la joven. La víctima explica el calvario en el que se convirtió su vida desde que supo que había sido forzada a mantener relaciones sexuales, hasta el mismo día del juicio.

“Aunque la sentencia sea leve, espero que mi carta haga despertar a la gente”. “Quiero que el juez sepa que encendió un pequeño fuego. En cualquier caso, es motivo para que todos alcemos la voz.”

La joven decidió ir a una fiesta con su hermana. Estaba tan solo a diez minutos de su casa. “Lo próximo que recuerdo es que estaba en un pasillo tendida en una camilla. Tenía sangre seca y vendajes en la espalda, las manos y los codos. […] Un policía me explicó que había sido asaltada”

Tras un largo chequeo, asumió la realidad. “Me dejaron duchar. Me quedé allí examinando mi cuerpo, bajo el chorro de agua y decidí que ya no quería mi cuerpo. Estaba aterrorizada de él, yo no sabía lo que habido dentro de él, si había sido contaminada, qué había tocado. Quería despojarme de mi cuerpo como si se tratase de una chaqueta y dejarlo allí, en el hospital, con todo lo demás.”

En su relato la víctima refutó las palabras que su agresor dijo durante el juicio.”Dijiste que ir borracho no te hizo tomar la mejor decisión, ni a mí tampoco. El alcohol no es una excusa. […] Dijiste que si hubieras querido conocerme, me habrías pedido mi número de teléfono en lugar de llevarme a tu habitación. No estoy enfadada porque no me preguntaste por mi teléfono”.

La carta, de 14 páginas, finaliza con un contundente mensaje a “las chicas de todo el mundo”: “Nunca dejen de luchar. Estoy con ustedes”.