El líder norcoreano Kim Jong-un ordenó la ejecución de un miembro del Gobierno con rango de viceprimer ministro “por haberle faltado el respeto” y envió a otros dos altos cargos del régimen a campos de reeducación, anunció el vocero del ministerio de Unificación de Corea del Sur, Jeong Joon-Hee.
“El ministro de Educación Kim Yong-Jin fue ejecutado” el mes pasado según la información surcoreana, que no fue confirmada desde el país comunista.
El funcionario de 63 años fue acusado de ser “un agitador contrario al partido y antirrevolucionario”, según dijeron fuentes oficiales surcoreanas a la agencia Yonhap.
“Fue denunciado por dormirse cuando estaba debajo de la tribuna” durante una sesión del parlamento. Después fue sometido a un interrogatorio, durante el cual se “revelaron” sus otros crímenes, agregaron.
Los servicios secretos surcoreanos aseguran que desde la llegada al poder de Kim Jong-un hace cinco años más de 100 funcionarios de alto rango cayeron víctimas de purgas políticas.
El caso más destacado fue la ejecución en diciembre de 2013 del influyente tío de Kim Jong-Un, Jang Song-Thaek, acusado entre otros de alta traición y corrupción. El régimen comunista de Pyongyang confirmó entonces su muerte.
En otras ocasiones las informaciones filtradas desde Corea del Sur sobre supuestas ejecuciones en su vecino del norte resultan falsas, como por ejemplo la del ex jefe del Ejército Ri Yong-gil, que reapareció en mayo tras informarse que había sido ejecutado en febrero.
Según el analista político surcoreano Shim Jae-hoon, el joven dictador “busca mantener a raya a los funcionarios que llevan mucho tiempo en las altas esferas políticas” y “seguirá eliminando a figuras influyentes del régimen y reemplazándolas por confidentes cercanos para consolidar y fortalecer su poder político”.
