Hidroterapia colónica, un recurso para limpiarnos en profundidad

Desde que empecé a leer y a investigar acerca de lo que significa la alimentación consciente, también supe que tan importante como lo que ingresa a nuestro organismo es lo que sale, y que si no se eliminan a tiempo los desechos que se acumulan en el intestino y en las paredes intestinales, las toxinas pueden ingresar en el torrente sanguíneo y provocar, a lo largo de la vida, numerosas enfermedades.

Varios médicos naturistas recomiendan la técnica de hidroterapia colónica para realizar un drenaje que permita una limpieza profunda del intestino. El doctor Luis Delupi, a quien nombré varias veces acá, la practicó en su propio cuerpo, con buenos resultados y después continuó con una alimentación fisiológica. Un referente del tema, Néstor Palmetti, la considera de un paso fundamental en su Espacio Depurativo para eliminar la acumulación de parásitos, barro biliar y moco colónico

Creo que es importante tratar este tema en el blog, donde escribo sobre el cuidado del cuerpo y aspiro a verlo de una manera holística. Es imposible separar lo que pasa en nuestro cuerpo de los pensamientos y las emociones. Somos un combo y si algo no funciona, es probable que tarde o temprano aparezcan síntomas que nos señalen esa situación. Por eso es importante estar presentes y escucharnos.

En mi caso, aunque mi hermana me había mencionado que existía este tratamiento hace tiempo, recién hace un año me acerqué a la hidroterapia cuando una amiga me contó que después de una depresión muy grande, supo que tenía que replantearse sus objetivos y convicciones, y para ello inició un camino que la volvió a conectar con las lo que sentía y con la aceptación de un duelo que había negado transitar. Y el primer paso había sido una limpieza profunda con hidroterapia colónica incluida. Ella cuenta que el alivio de tener a su organismo desintoxicado fue el primer paso para la recuperación.

Por más alimentación saludable que practiquemos, la mayoría llevamos años de comer productos ultraprocesados, es muy difícil evitar los transgénicos, el exceso de azúcar y harinas, y los productos con jarabe de maíz de alta fructosa, por dar un ejemplo. Por eso pensé que tal vez debería recurrir a ella. Recién este año la idea reflotó y cuando la conocí a Cintia Gerez, supe que había dado con la persona indicada, que me llevaría al lugar correcto para iniciar el tratamiento.

Quiero aclarar que cada tema que trato, tiene que ver con mi curiosidad y mi propia búsqueda, que le puede resonar a otros, o no. Eso no significa que deban hacer lo mismo que yo. Busquen, investiguen, hay bibliografía sobre el tema y pueden consultarlo con otras personas y con especialistas. Yo les contaré mi experiencia y por qué pienso que esta terapia es beneficiosa.

Para una hidroterapia colónica se necesita de un terapeuta que asista a la persona que estará acostada en una camilla especial, con las piernas flexionadas. Se le coloca una pequeña cánula en el ano, que está conectada a un circuito de agua filtrada y purificada que regula la temperatura a 37°. El agua ingresa, fluye y arrastra todo a su paso durante aproximadamente cuarenta minutos a una hora. Por lo general, el paciente puede visualizar los desechos que elimina y su imagen se proyecta en un monitor.

Puede parecer invasivo, reconozco que no es la experiencia más agradable del mundo pero también confieso que me llevé una sorpresa, la sensación de eliminar lo que estuvo alojado ahí por mucho tiempo es liberadora y te da paz.

En el barrio de Villa del Parque se encuentra su centro de hidroterapia. Ahí, con un trato sensible y amoroso, vive y trabaja Cintia Gerez. Ella compartió su historia. Como muchos, ella empezó por una búsqueda personal que después se tradujo en su propósito.

-Empecé hace cinco, seis años. Tenía 34, 35 y no tenía energía para levantarme de la cama, estaba de mal humor, no descansaba bien, tenía estreñimiento, dolores de cabeza. Cosas que le pasa a mucha gente pero que no encuadran en enfermedad hasta que se desata una, no le das importancia. Entonces decía, me tengo que levantar para ir a trabajar y no puedo, si a esta edad estoy así, ¿cómo voy a estar a los 50? Y a los 70 no llego. Fue tomar conciencia de mi estado, trabajaba en una empresa de venta de artículos de computación y venía con una búsqueda a nivel espiritual y un replanteo de a qué vine a este mundo. Tenía un buen sueldo a fin de mes, pero un vacío interno no se llenaba.

-Necesitabas un cambio, ¿cómo se produjo?

Empecé a investigar, un día dije no como más carne, esa fue como mi primera iluminación. Pensé que iba a ser difícil porque me encantaba y no fue tan complicado pero seguía comiendo otras cosas. Me di cuenta de que tenía los mismos síntomas de adicción que leía sobre otras personas. Entonces me encuentro con Néstor Palmetti que tiene todo este paquete depurativo. Leí sus libros, vi la página, empecé a meterme, prueba y error, como otras personas. Uno experimenta con su organismo y se da cuenta de que no te vas a morir de hambre o te vas a agarrar una anemia por no comer carne o consumir lácteos.

-Entonces lo aplicaste en vos misma.

-También encontré las formas de limpiar el cuerpo, fui a hacerme una hidroterapia y después recordé que hace muchos años había escuchado hablar sobre el tema y hasta había pedido un turno y no fui. En este momento en que yo me replanteaba cambios de alimentación, en la primera sesión, mientras estaba en la camilla, sentí algo en el pecho que me decía, “esto es lo que tenés que hacer”. No lo dudé, no tenía nada armado ni un dinero ahorrado, hoy en día más gente se dedica a esto pero hace cinco años no éramos tantos. ¿Quien va a venir? Esto no se conoce, confié en la corazonada, hablé con Cristina Assaf (una de las primeras en practicarlo en nuestro país) y en la tercera sesión le dije que me quería dedicar a eso.

-Lo que se siente es muy personal, para cada persona es diferente. ¿Cuál era tu sensación?

-Mirá, ese día me fui de acá y sentía que iba en el aire. Nunca me sentí tan en paz conmigo misma. Tan liberada, vacía, liviana. Sentía en la cabeza, como que se había abierto algo, como que respiraba por ahí. Cristina me decía que sí, que toda esa porquería que tenemos se nos sube a la cabeza. Esa toxicidad empieza a dar vueltas y nos quita la tranquilidad, la armonía, nuestra calidad de vida, algo tan simple como descansar bien. Uno ve toda esa suciedad acumulada y mi primera pregunta es ¿cómo estoy viva?

-¿Qué te motivó a tener un centro?

-Yo me venía replanteando a nivel existencial qué vine a hacer a este mundo, al mismo tiempo a mi papá le habían diagnosticado un cáncer de pulmón. Él había fumado toda su vida, tenía 72 años, comía como la mayoría, siempre había trabajado en pintura de obra desde los 14 años, era un combo que iba a detonar, y apareció. Hasta llegar a ese diagnóstico venía con dificultades para respirar, no podía subir un piso. Desde la alopatía le dan ese diagnóstico y le recomiendan hacer quimioterapia. Decidió que no, había visto a los pacientes que salían de ahí y él no quería estar así. En ese momento para mí fue un alivio aunque no me dedicaba a todo esto, recién empezaba a investigar y le dije, bueno, algo tenés que hacer. Preguntamos y nos llegó la información de Cristina Assaf, de Atilio Vera, al poco tiempo estaba trabajando de vuelta. Estuvo muy bien mucho tiempo, hizo una desintoxicación al cien por ciento, yo también me encaminé y lo acompañé y fue muy bueno ver su transformación. Muchos me dicen, es increíble que parece más joven, le cambió el semblante, las costumbres, su humor, hacía muchos años que estaba muy triste, cargaba bronca por algunas situaciones. Y después a él ya no le importaba lo que pasara, vivía su presente con alegría. Fue el mayor aprendizaje que saqué de esta experiencia.

En algunos centros especializados que incluyen técnicas de desintoxicación, esta técnica es más conocida, tal vez acá no tanto. Por eso hay ciertos prejuicios. Se dice que barre la flora intestinal, y eso es cierto. Pero también es cierto que la misma se regenera.

-Como dice Palmetti, cuando uno ve todo lo que está eliminando, uno dice “bueno, gracias a dios que estoy sacando todo esto”. En realidad ya tenemos putrefacción. La flora es algo que el mismo intestino va regenerando, si se le da buena alimentación se recompone una mejor flora intestinal. La primera vez se recomienda hacer tres sesiones porque en el transcurso vamos llegando en forma más profunda en el intestino y desincrustando toda esa mucosidad intestinal que está adherida.

-Cómo es la preparación? ¿Qué conviene consumir?

-Es importante prepararse unos días antes, sin carnes, lácteos, harinas. El que pueda solo frutas, al menos dos días antes, mejor.

Cintia Gerez dice que al estar más limpios a nivel físico, también hay mucho movimiento a nivel emocional, nos deja conectarnos con nuestra esencia, alma, espíritu, como queramos llamarlo y nos permite tener más claridad mental. También nos conectamos con el alimento de otra manera, somos más conscientes de la forma en que trabaja nuestro cuerpo, de la función que cumplen. En mi caso, cuando volví a comer y le di más importancia al placer que a la nutrición, el mismo organismo lo rechazó y me sentí mal. No es menor la cuestión espiritual, y la posibilidad de saber que siempre podemos estar mejor. Se trata, entonces, de un compromiso de cuidado y respeto por lo que va a ingresar al cuerpo. Permitirnos disfrutar pero también estar atentos de las elecciones que hacemos, en cada paso que damos.

Kariu