Herpes labial. Causas y soluciones

El herpes labial es un proceso causado por el virus del herpes simple tipo 1. Es muy contagioso y lo habitual es que nos infectemos antes de los 5 años por haber tenido contacto con una persona que tenga herpes labial. En ese momento pueden darse dos circunstancias, o que no se haga visible o que se produzca un primer herpes en la boca.

Una vez que nos hemos contagiado el virus penetra por la piel al organismo y va por las vías nerviosas hasta un ganglio donde queda en estado latente, según explica María Teresa Gutiérrez Salmerón, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

El virus puede permanecer toda la vida latente sin ocasionar las lesiones en el labio y su reactivación puede darse, según explica Gutiérrez Salmerón, por un proceso infeccioso, por la exposición al sol, por la menstruación, el estrés o los estados transitorios de un sistema inmune deprimido. Con la ayuda de la doctora repasamos las diez claves del herpes labial.

1. Síntomas. El primero de ellos es sentir una sensación de hormigueo (parestesias) o picor que suelen identificar rápidamente aquellas personas que ya han tenido alguna vez un herpes labial y que les lleva a percibir que antes de 48 horas aparecerá en su labio. Después se enrojece una de las zonas del labio para después dar paso a la aparición de vesículas con líquido. Estas formarán costras al romperse. La infección desaparece pasados siete días.

2. ¿Por qué aparece una y otra vez? El herpes aparece siempre en el mismo sitio y si es recurrente hay que tratarlo porque puede dejar cicatrices. En el caso de que se dé en los ojos puede tener consecuencias graves, por lo que suele aconsejarse la profilaxis preventiva. “Se desconoce por qué en unas personas se reactiva y en otras no, sobre todo en los casos en los que es recurrente y puede suceder cada dos semanas o mensualmente a pesar de que la persona no padezca un déficit inmunitario”, señala Gutiérrez Salmerón, profesora titular de Dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada.

3. Cómo se cura. Existen pocos tratamientos pues tal como explica la doctora Mª Teresa Gutiérrez, al tratarse de un virus no es posible hacer lo que se hace con las bacterias, que son organismos vivos a los que se puede atacar con un fármaco. “En el caso de los virus, que viven dentro de las células, todo tratamiento debe conservar la vida de la célula”, comenta. Así, el tratamiento antiviral del herpes simple se basa en la administración de aciclovir y derivados por vía tópica u oral, con objeto de reducir el tiempo de evolución y las molestias y también inhibir las posibilidades de réplica. En el caso del ‘aciclovir oral’ se suele aconsejar en el caso de herpes de mayor tamaño o si son recurrentes, pues en este caso se administrará el medicamento durante un plazo largo de tiempo para frenar la reactivación.

4. Contagio. Es poco habitual que se produzca el contagio a un adulto o a un niño de más de dos años ya que por lo general ya han tenido un contacto anterior con el virus y conservan anticuerpos que les hacen inmunes. Con lo que sí hay que tener un especial cuidado es con los recién nacidos y con los niños menores de 2 años, ya que en estos casos las complicaciones pueden ser graves, sobre todo en el caso de los recién nacidos.

5. Zonas afectadas. Es habitual que aparezca en la boca, aunque también puede afectar a la zona genital, por lo que no se aconseja practicar sexo oral cuando el virus se reactiva. En la mayor parte de los casos la reactivación se produce en el labio pero también se puede dar en la mejilla, la nariz, el cuero cabelludo y el ojo. En este último caso, el rápido diagnóstico es importante, pues se corre el riesgo de que se quede dañado, según comenta la doctora.

6. Errores. Uno de los más habituales es ponerse un pegote enorme de crema días después de la aparición del herpes. El antibiótico tópico debe aplicarse en las primeras 24-48 horas, cinco veces al día y no gran cantidad sino la cantidad suficiente para garantizar que se absorba. Y si esto no se hace, no sirven para nada. Además, un mal uso puede dar lugar a que se genere resistencia al aciclovir, lo que puede dar lugar a complicaciones si en algún momento hay que tratar un herpes mayor.

7. Cuidados. Si se trata de una infección leve en el labio se aconseja el uso de una crema antibiótica que se aplicará sin pegotes y bien extendida. Eso en el caso de que haya costra. Si la herida es húmeda la doctora recomienda usar clorhexidina, que no escuece y no produce alergias.

8. Hábitos poco saludables. Una alimentación poco equilibrada, saltarte comidas, no descansar las horas suficientes o encadenar varias jornadas de estrés en el trabajo o con situaciones personales que generan ansiedad son algunos de los factores que pueden acelerar esos desencadenantes citados: proceso infeccioso, excesiva exposición al sol, menstruación, estrés o estados transitorios de un sistema inmune deprimido.

9. Complicaciones. Según explica la doctora Gutiérrez Salmerón, puede producirse una sobreinfección bacteriana que se puede trasladar a otras partes de la cara.

10. Riesgos. Las personas con herpes labial recurrente no deben trabajar en unidades de neonatos ni con pacientes inmunodeprimidos o trasplantados, ya que la dermatóloga asegura que pueden poner en peligro a estas personas, sobre todo por el hecho de que muchas reactivaciones del herpes no son evidentes a simple vista.

RAQUEL ALCOLEA DÍAZ