El arte moderno a veces empuja todas nuestras ideas preconcebidas sobre lo que es o no arte, y este concurso de fotografía volvió a poner esta discusión en la mira: una australiana ganó con lo que prácticamente es una foto en blanco.
Justine Varga, de Sidney, entró a la competencia de Olive Cotton de la Galería Regional de Tweed con una fotografía que dio a su abuela para que ella la rayara con una pluma.
El resultado es una imagen, revelada en gran formato, de rayones sobre el negativo y manchas de saliva, sin una figura clara. Varga explica que esta fotografía va mucho más allá de las imágenes, sino que llega hasta el sentimiento y la relación que ella tenía con su abuela.
La significancia sentimental es indudable, pues probablemente sea uno de los mejores recuerdos que la fotógrafa pueda conservar de su pariente. Sin embargo, el premio de 20,000 dólares que le fue entregado tiene furiosos a otros competidores, pues no creen que se trate de una foto.
Por su parte, el jurado mantiene su postura y enfatiza que la crítica y el arte siempre van de la mano. El hecho de que el premio haya levantado muchas discusiones es justamente la muestra de que en verdad sí se trata de arte.


























