Está científicamente probado que no por comer menos vayas a adelgazar más. Tienes que hacer tus cinco comidas diarias en las cantidades que necesita tu organismo. Por eso, si eres de las que ha suprimido de su dieta el almuerzo y la merienda, estás muy equivocada. Aquí tienes cinco ideas para matar el gusanillo sin riesgo de crecer a lo ancho.
– Pistachos: Los frutos secos son el alimento energético por excelencia. Sin embargo, algunos de ellos pueden ser una fuente importante de calorías. No es el caso de los pistachos, ya que éstos tienen muy bajo porcentaje calórico. No abuses de ellos pero tampoco los suprimas radicalmente de tu dieta.
– Yogur natural: Siempre has sido fiel seguidora de los lights pero, ¿sabías que los más tradicionales son en realidad los mejores para tu dieta? Estos tienen más poder saciante que los bajos en grasa, lo que hace que tengas menos necesidad de volver a la nevera. No temas a los yogures griegos pues, a pesar de ser más cremosos, tienen más proteínas y menos azúcares que los naturales.
– Agua: Ya sabes que tienes que beber entre 1’5 y 2 litros al día. Cúmplelo a raja tabla, pues ayudarás a tu organismo a eliminar los desechos que genera diariamente. Pero además es el mejor remedio si el hambre te visita cuando no debe. Bebe dos vasos de agua cuando esto ocurra y espera a comer a tu hora. Sin embargo, bajo ningún concepto sustituyas la comida por el agua.
– Huevo: Aunque no lo creas, los ingleses tienen razón. Desayunar huevo, de vez en cuando, es una de las mejores opciones para comenzar la mañana. Su alto contenido en proteínas te dará un chute de energía y además te mantendrá saciado durante unas horas. Lo mejor es que lo tomes cocido o pasado por agua.
– Fresas y frutos rojos: No solo son una combinación perfecta para media mañana, sino que su alto contenido en fibra y su escaso porcentaje en grasas, harán que sean la elección perfecta para mantener tu figura.
