La Policía de Verona, ciudad del norte de Italia, detuvo a una enfermera del servicio sanitario público por suministrar morfina a un bebé, sin otra razón que mantenerlo tranquilo. El recién nacido sufrió una parada respiratoria y estuvo a punto de morir.
La mujer le administró el opiáceo sin indicación de ningún médico, porque el bebé se encontraba en perfecto estado, según ha publicado el periódico italiano La Repubblica.
Cuando el recién nacido ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Civil de Verona, donde los médicos hallaron morfina en la sangre del bebé.
La enfermera habría confiado a algunos de sus compañeros de trabajo que suministraba morfina o benzodiazepina por vía oral o nasal a los recién nacidos para “tenerlos tranquilos”.
La noche del 19 al 20 de marzo cuando el bebé sufrió el paro respiratorio fue la propia detenida quien le recomendó a su compañero usar un medicamento antagonista a la morfina y le indicó la dosis recomendada.