“Enamorar o morir”, lo nuevo de Cam Beszkin

La fórmula mínima y exacta del rock parece ser la que eligió Cam Beszkin para rockear fuerte en su nuevo disco, Enamorar o morir.

La música que comenzó como bajista (rol que aún ejerce en algunos de los muchos proyectos paralelos que la ocupan) se vuelve acá guitarrista, en poderoso dúo (power duo, seguramente le dirán por allí) que completa Arnaldo Taruel en la batería.

Hay poco más en el álbum, apenas algunos teclados a cargo de Sergio Álvarez (el guitarrista de Panza que se encargó de la producción del álbum) y sin embargo hay muchísimo aquí por descubrir. Porque Cam Beszkin tiene cosas que decir y mostrar y lo hace tanto con una energía que desborda como con un susurro que desarma, y hasta en otro idioma si la composición lo pide (y hasta incluye el juego con lenguas muertas en el título del segundo tema: “Del latín: Mortualia”). En ese juego de enigmas y de alternancias, en ese ir y venir entre estados de ánimos que se transforman estados de canción se encuentra el secreto del sortilegio que produce la escucha de Enamorar o morir.

El título del álbum es también el de uno de los temas más contundentes y viscerales, y ambos se vuelven declaración de principios absoluta, decidida mirada de mujer que se alza contra el tan macho “matar o morir”. Y si hay dudas sobre la intención (pocas, seguramente para quien escuche versos como “siempre está esa opción que nos puede salvar/un instinto vital/latido estructural/sentir el pulso en el pecho y elegir amar”) el tema que sigue se llama “El propietario”. Ya verán, ya escucharán.
Como acercándose a sus trabajos anteriores (Andaba cruda, de 2008, y Música que cambia por vida la pena que hace riesgo y que hace casi risa la vida, de 2010) Beszkin suma la guitarra de Alvarez y silencia por un rato la batería en “Ciertas cosas”, pequeña joya confesional que además sirve de clama antes del huracán que sigue: “Pisco Blues”.

Canciones para amar y amarse. Para amar al que se tiene. al que se cuida y al que se desea. Para amar lo que se hace. Para amar la música.