En un mes, Trump gastó en viajes lo que Obama gastó en un año

Los desplazamientos de la familia presidencial se convirtieron en un dolor de cabeza logístico para los servicios secretos y el erario público.

Hace cinco años, Donald Trump tuiteaba su indignación por las vacaciones de Obama “que cuestan millones de dólares a los contribuyentes”. También aseguró en una entrevista a The Hill en 2015 que “cuando yo sea presidente no saldré de la Casa Blanca, porque habrá tanto trabajo que hacer”. Claramente se olvidó de sus palabras y el estilo de vida de la millonaria familia presidencial se convirtió en un dolor de cabeza -y de billetera -para los servicios secretos estadounidenses. En un mes, los viajes de Trump y sus cuatro hijos adultos costaron tanto como los de la familia Obama en un año, según la ONG Judicial Watch. Una factura que podría alcanzar cientos de millones de dólares al año y anuncia fuertes conflictos de intereses.

Según Judicial Watch, los gastos de los viajes de Barack Obama a lo largo de sus dos mandatos se elevan a 97 millones de dólares, es decir un promedio de 11,3 millones por año. Es más o menos lo que van a gastar este mes los distintos servicios encargados de la seguridad del presidente y su familia, ya que, por tercera vez consecutiva, Donald Trump decidió cambiar las frías temperaturas de Washington D.C. por la dulce brisa marina que sopla en el Mar-a-Lago, su club de West Palm Beach, Florida (cuya cuota anual pasó de 100.000 a 200.000 dólares desde que Trump asumió). El problema es que, cada fin de semana que Trump pasa en su “Casa Blanca de invierno” cuesta unos 3 millones de dólares, según indicó el Washington Post.

La carga de recibir al presidente también la tienen que asumir las ciudades. Las oficinas del Sherriff del condado de Palm Beach evaluaron el costo de las horas extras de sus policías y demás medidas de seguridad para estas tres visitas en unos 360.000 dólares, todo a cargo de los contribuyentes locales.

Mientras, la ciudad de Nueva York paga 500.000 dólares al día para custodiar a la Torre Trump -dónde vive la Primera Dama Melania con su hijo Barron, es decir unos 180 millones de dólares al año.

A principios de mes, el Washington Post había informado que el viaje de negocios de 3 días de Eric Trump para promover la marca familia en Punta del Este había costado unos 100.000 dólares al erario público. Y el diario ya encontró facturas de hotel de los servicios secretos de 5.000 y 16.000 dólares por viajes similares en República Dominicana y Dubai, dónde fueron a inaugurar un club de golf. Un gasto que se replicará dentro de pocos días, cuando los hijos de Trump viajarán a Vancouver, en Canadá, para la inauguración de un rascacielos.
“Es una manera cara de hacer negocios, y el Presidente tiene que reconocerlo”, indicó al Washington Post Tom Fitton, el presidente de Judicial Watch , molesto con los gastos que tiene que asumir el erario público mientras la familia Trump se enriquece.

Si el presidente quiere salir de Washington y descansar, tiene el rancho de Camp David en Maryland -a pocos minutos en helicóptero de la capital- donde existen todas las condiciones para trabajar y asegurar su seguridad, opinó. “Lo único que el presidente sabe es cuánto cuesta manejar un avión” apuntó Fitton, y recalcó que “ir a Mar-a-Lago, sí que no es gratis”.