El turismo sexual internacional afecta a casi dos millones de chicos

El turismo sexual es un delito que se ha extendido por los cinco continentes, afectando a casi dos millones de niños, a pesar del combate diario a dicha explotación por parte de organizaciones gubernamentales y civiles.

Unicef calcula que son alrededor de 1,8 millones los niños explotados sexualmente a nivel mundial, lo que representa un 22 % del negocio global de la trata de personas, que genera, según la organización, ingresos ilegales por 30.000 millones de dólares al año.
La Organización Mundial de Turismo (OMT) financia desde el año 2000 iniciativas destinadas a combatir el turismo sexual infantil, principalmente a través de los esfuerzos de la Red Mundial para la Protección de la Infancia en el Turismo.
La Red aspira a prevenir todas las formas de explotación de niños y jóvenes en el sector turístico, incluidas la explotación sexual, el trabajo infantil y la trata de niños.
Sus reuniones sirven de plataforma a los agentes turísticos para intercambiar experiencias y buenas prácticas y en ellas participan gobiernos, empresas turísticas, organizaciones internacionales, ONGs y asociaciones de prensa.
Al respecto, Ecpat International, una ONG con sede en Bangkok, Tailandia, elaboró el dossier “Combatiendo al turismo sexual con niños y adolescentes”, un pormenorizado informe sobre la prostitución infantil en diferentes ciudades del planeta.
De este informe se desprende que el turismo sexual es un fenómeno en aumento, recurrente en varios destinos y emergente en otros.
Para el caso de Latinoamérica, la investigación de Ecpat señala que Brasil es, desde hace décadas, un “destino tradicional” y declara como “emergentes” a Colombia, Perú y Argentina; México, Tailandia y Filipinas completan el universo de los destinos clásicos.
La investigación completa el mapa indicando los países con explotación emergentes, que son: Rusia, República Checa y Bulgaria, destacados en Europa; Marruecos, República Sudafricana, Kenia y Senegal, en África; India, Nepal, Vietnam y Singapur encabezan el continente asiático.
Como medida preventiva a esta problemática, el Ministerio de Turismo de la Nación (Mintur) puso en práctica un Código de Conducta para la protección de niños, niñas y adolescentes al que empresas turísticas, compañías áreas y otras vinculadas adhieren cumpliendo con pautas tales como capacitación de personal y protocolos de acción ante un hipotético caso de corrupción de menores.
A nivel internacional, el Mintur, miembro de la OMT, participa de dos reuniones anuales de la Red Mundial del Turismo para la Protección de los Niños, que abordan la prevención de la explotación de niñas, niños y adolescentes en viajes y turismo, las que se realizan en dos ediciones de la Feria Internacional de Turismo (Berlín y Londres), en las cuales presenta sus informes.
El Mintur participará en la próxima reunión de la Red, a celebrarse en la Feria internacional de Turismo de Berlín, el próximo 10 de marzo, y en esa oportunidad la reunión se centrará en las estrategias de responsabilidad empresarial y la protección de los niños en cada uno de los destinos turísticos.
En cuanto al perfil del turista sexual, varias ONGs coinciden en indicar que provienen de diferentes ámbitos: pueden ser casados o solteros, hombres o mujeres, gente adinerada o modestos viajeros, aunque persiste una noción generalizada y equívoca acerca de que sólo lo practican hombres de mediana edad o mayores.
Según Ecpat, estos viajeros se aprovechan de la vulnerabilidad infantil sobre la base del anonimato, la impunidad, leyes blandas y tipo de cambio favorable, factores que incitan a cometer estos delitos, la mayoría de las veces de forma ocasional y ajena a sus propias costumbres.