Fue el primer partido en el Gigante de Arroyito tras el triunfo en el clásico ante Newell’s. Por eso la hinchada de Rosario Central preparó festejos especiales para el partido de la noche del domingo frente a Racing.
Lo más llamativo es que muchas de las acciones poco tuvieron que ver con la celebración y encontraron un tono de agresión a su clásico rival. Pero además, algunas de ellas, violaron las reglas de comportamiento en espectáculos deportivos, por lo que no sería extraño pensar que el equipo rosarino podría ser sancionado por sus actos.
Cualquiera que intente explicar la locura futbolera que reina en esta ciudad debe prestar atención a lo que ocurrió anoche. De la cabecera que da al club Regatas había hombres que escupían fuego. Literalmente. De las plateas llovían bebes de plástico con la camiseta de Newell’s. Los fuegos artificiales con los que se recibió al equipo salieron desde dentro del estadio. Y, después del gol de Teófilo Gutiérrez, aparecieron banderas de mal gusto destinadas a la Lepra. La voz del estadio pidió -textual- retirar la que decía “lo suspendiste por pecho frío y c…” para poder reanudar el partido. Un exceso.
Por: Nicolás Zuberman
