El mito de los superalimentos

¿Tienen propiedades terapéuticas o son una moda sin respaldo científico?

Bayas que pueden protegernos del cáncer, frutos que previenen enfermedades cardiovasculares o semillas con las que combatir la depresión. Las propiedades y los supuestos beneficios de los superalimentos son tales que cada año se descubre en un país exótico, algún nuevo alimento capaz de hacernos perder peso y reducir el colesterol sin hacer ejercicio.

En 2007, la Unión Europea prohibió el uso del término superalimento en los envases, a no ser que hiciera referencia a alguna propiedad específica que estuviera fundamentada en estudios científicos de calidad. Ante la creciente popularidad de estos compuestos, expertos en nutrición de todo el mundo han advertido de que la venta de estos productos se debe en gran parte a su marketing. ¿Son un mito los superalimentos? Repasamos en esta lista algunos de los  más famosos.

Quinoa

La quinoa es el gran alimento de moda. Estas semillas cocinadas han visto muy potenciada su fama por celebrities y se han convertido en un complemento recomendado para reducir el colesterol y ayudar a la pérdida de peso. Sus beneficios se atribuyen a uno de sus compuestos, la saponina, que se cree que actúa alterando la permeabilidad del intestino. Sin embargo, todavía no hay ningún estudio que lo confirme. La mayoría de los que se han realizado hasta el momento, tenían una muestra demasiado pequeña como para sacar conclusiones firmes. Uno de ellos, por ejemplo, fue realizado por el departamento de nutrición de la Universidad de Sao Paulo en Brasil, pero solo con 35 mujeres.

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La quinoa se ha convertido en un complemento recomendado para ayudar a la pérdida de peso. Crédito: Wikimedia Commons

“La quinoa es una alimento saludable, pero no sanador”, explica Julio Basulto, dietista y nutricionista, autor de seis libros sobre dietas y alimentos saludables. “Tiene las propiedades de los cereales integrales, por lo que es mucho más sano desayunar quinoa que pan blanco, pero de ahí a que tenga propiedades terapéuticas, hay un mundo”. Así, a pesar de que la quinoa no tiene de por sí “súper propiedades”, sí es muy saludable como semilla integral. “Está comprobado que el consumo de cereales integrales a largo plazo influye en la disminución de las tasas de mortalidad”, asegura este experto.

Bayas de goji

La popularidad de las bayas de goji nos llega desde la medicina china, donde son consideradas como un alimento que estimula la líbido, fortalece el sistema inmunológico y protege ante enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Todas estas súper propiedades las han convertido en un alimento muy demandado en occidente, donde se ha disparado su precio.

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La popularidad de las bayas de goji llega desde la medicina china. Crédito: Petr Kratochvil

Sin embargo, no hay muchas investigaciones sobre estas propiedades; la mayoría de los estudios que existen se basan en uno de sus componentes, los llamados polisacáridos Lycium barbarum (LBP, por sus siglas en inglés) por el nombre de la planta, que pueden detener el crecimiento de tumores y regular el azúcar en sangre. Pero de momento, no hay ningún ensayo que demuestre cómo influyen los LBP en humanos.

Así, de una forma similar a lo que ocurre con la quinoa, las bayas de Goji se pueden consideran como un alimento saludable pero sin capacidades terapéuticas. Lo explica Basulto: “Es una fruta desecada, a la que se le ha extraído el agua y, por tanto, ha ganado en nutrientes. Por lo que, en general, tiene propiedades que son buenas para la salud, pero no curativas”.

Arándanos

Los arándanos son reconocidos como superalimento por su capacidad para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. En este caso sí hay algunas evidencias prometedoras. Un estudio de 2012, con 93.000 mujeres, mostró que las participantes que consumieron tres o más porciones de arándanos por semana tenían un riesgo 32% menor de sufrir un ataque al corazón que aquellas que solo las tomaron una vez al mes.

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Los arándanos se conocen como superalimento por su supuesta capacidad para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Crédito: Petr Kratochvil

Estos beneficios se atribuyen a unos compuestos llamados antocianinas que se encuentran en altos niveles en arándanos, fresas, frambuesas y otros frutos rojos. Sin embargo, solo una proporción muy pequeña de estos compuestos entra en la corriente sanguínea, según Gordon McDougall del Instituto de investigación científica James Hutton. Por lo que todavía se desconoce si son otras sustancias —producto de la descomposición de las antocianinas—, las que aportan beneficios o sí estas actúan directamente en el microbioma, el ecosistema de microbios de nuestro intestino.

Semillas de Chía

Los mayas utilizaron estas semillas durante milenios. Ahora, se han puesto de moda por considerarse una potente fuente de omega 3 y poder reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y depresión.

Las semillas de Chía  contienen 17 gramos de Omega 3 por cada 100 gramos, una proporción mucho mayor que la del salmón, sí se considera en términos absolutos, que aporta 2,2 gramos. Sin embargo, entran en juego varios factores: estas semillas son un complemento alimenticio, por lo que raramente se toman 100 gramos, y que su tipo de ácidos grasos debe ser convertido por el organismo humano para poder obtener beneficios cardiovasculares. Durante este proceso de conversión pierden gran parte de su efectividad.

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Los mayas utilizaron las semillas de chía durante milenios. Crédito: Mumumío Flickr

“No encuentro razones para recomendarlas. Enteras no se digieren bien y no se suele poder aprovechar prácticamente ninguno de sus componente y trituradas no aportan nada que no podamos obtener de otro alimento más barato y sabroso, como avellanas o nueces”, explica Julio Basulto.

Además, en la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria no hay solicitada, ni por tanto aprobada, ninguna alegación sobre el uso de las semillas de chía en relación a sus posibles efectos benéficos en la salud humana, solo sobre su seguridad.

Chocolate amargo

El beneficio potencial del chocolate se relaciona con los flavonoides, unos compuestos hallados en el cacao, conocidos por relajar los vasos sanguíneos y regular la presión sanguínea. Sin embargo, los estudios en humanos han arrojado resultados contradictorios.

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El beneficio potencial del chocolate se relaciona con los flavonoides, unos compuestos hallados en el cacao. Crédito: Jerzy Gorecki

“No está probado en ningún estudio de calidad que tomar chocolate suponga grandes beneficios. Y, en cambio, sí está demostrada su alta densidad energética y que es un alimento cariogénico”, expone Basulto. Así, además de la tendencia a producir caries, el chocolate contiene grandes cantidades de azúcar y grasas, en una población con crecientes problemas de obesidad.

Una moda sin respaldo científico

Así, uno de los principales problemas de estos alimentos es la dificultad de controlar el efecto que sus componentes tienen en el cuerpo humano. Es posible analizar cómo actúan por separado, pero no cuando se consumen en conjunto con otras comidas. Esa es una de la razones por las que, cuando los científicos analizan los superpoderes de estos alimentos en estudios, no se desprende ningún resultado claro.

De esta forma, a pesar de que los famosos, la presión mediática y la moda de las dietas milagro han contribuido a confiar en los beneficios de los superalimentos, estos siguen sin tener respaldo científico.

Uno de los problemas añadidos, según advierten los expertos, es que la confianza en estos alimentos, entendidos muchas veces como una cura milagrosa, puede hacer desatender el estilo de vida. “Uno puede pensar: no hace falta que haga deporte o no hace falta que beba menos alcohol porque ya tomo quinoa, arándanos, semillas de chía o cualquier otro súper alimento. Esto es un gran y peligroso error”, advierte Basulto.

Beatriz Guillén para Ventana al Conocimiento