Los tribunales federales de Comodoro Py 2002, en el barrio porteño de Retiro, se convulsionaron hoy por un disparo que sacudió la sede donde la Justicia investiga los casos más resonantes de corrupción: el jefe de la custodia, Mariano Cousteau, se mató de un balazo. Su cuerpo apareció en su oficina, en la parte de atrás del predio.
El caso conmocionó a muchos. Es que, minutos antes, el propio Cousteau había estado preparando la seguridad de la hipotética llegada de Hebe de Bonafini para declarar en la causa Sueños Compartidos.
Fuentes judiciales informaron que el día del comisario parecía completamente normal. “Estaba de buen ánimo, coordinando equipos por si Bonafini venía a declarar”, contaron.
El hombre, de 47 años, fue encontrado en su silla de trabajo. Las autoridades presumen que se quitó la vida con su arma reglamentaria, que estaba junto a su cuerpo, aunque aún restan las pericias que lo corroboren.
