El ministro de Economía, Nicolás Dujovne, anunció un paquete de medidas para aumentar ingresos, achicar gastos e intentar llegar al equilibrio fiscal en 2019, antes de viajar a Washington a negociar una aceleración de la ayuda financiera con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El programa económico incluye el regreso de las retenciones a todas las exportaciones, la transferencia a provincias de subsidios al transporte intrajurisdiccional (que no atraviesan dos provincias) y un recorte adicional del gasto público, además del recorte de ministerios que oficializó el presidente Mauricio Macri este lunes más temprano. Para paliar el ajuste, el Gobierno implementará un programa de contención social, con un bono extra a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH).
Como resultado, el Ejecutivo espera converger a un “déficit cero” en términos primarios (antes del pago de intereses de deuda) en 2019 y a un superávit de 1 por ciento del PBI en 2020.
Además, Dujovne presentó los esbozos del programa financiero 2019. El Gobierno espera reducir la brecha a cubrir en el mercado, que los privados estiman a u$s15.000 millones, hasta los u$s2500 millones.
Retenciones para todos
La meta del Ejecutivo es lograr el “equilibrio fiscal” en 2019. Eso implicaría un ajuste de 500.000 millones de pesos. El programa acordado con el Fondo supone la posibilidad de aumentar el gasto en 0,2 puntos del PBI para asistencia social.
La decisión oficial es implementar retenciones de 4 pesos por cada dólar exportado en las exportaciones primarias y servicios de 3 pesos por dólar en el resto de los envíos con valor agregado.
Además, se interrumpirá la reducción gradual de las retenciones a la soja, que actualmente estaban en 25,5%. En cambio, se aplicará una retención del 18% para porotos, harinas y aceite de soja, adicional al derecho de 3 o 4 pesos por dólar, según corresponda.
“La recaudación del nuevo derecho de exportación transitorio de emergencia es de 68.000 millones de pesos en lo que resta de este año y de 280.000 millones de pesos en 2019”, indicó Dujovne en conferencia de prensa.
Recortes de gastos
El Gobierno espera un ahorro adicional del 50 por ciento en los gastos de capital, que representan una reducción del 0,7% del PBI. Además, se transferirán a provincias subsidios por otro 0,5% del PBI, correspondiente al transporte automotor y la tarifa social eléctrica.
“Hemos acordado con las provincias que vamos a traspasar los subsidios del transporte intrajurisdiccional a las provincias. Eso no quiere decir que suban las tarifas, sino que ese subsidio va a ser afrontado por las provincias”, dijo Dujovne.
Según cálculos oficiales, existen subsidios al transporte por unos $100.000 millones. De esa cifra, la mitad corresponde a medios de transporte que cruzan de un distrito a otros (trenes y colectivos del área metropolitana, por ejemplo) y el resto, al transporte de una sola jurisdicción. Estos $50.000 millones pasarán a las órbitas provinciales. De esta cifra, unos $20.000 millones corresponden a la provincia de Buenos Aires y otros $5000 millones, a la Capital Federal.
En cambio, el gasto en prestaciones sociales se incrementará 0,3% del PBI en 2019 por la fórmula de movilidad de jubilaciones y AUH y un aumento del 2% en la cantidad de beneficios que paga el Estado.
Déficit cero
El equilibrio fiscal, dijo Dujovne, supondrá un ahorro de u$s6000 millones en las necesidades financieras que deben cubrirse con deuda en los mercados, en momentos en que los inversores dudan de la capacidad de pago de la Argentina.
“En 2019, en vez de apuntar a una meta de déficit de 1,3% del PBI vamos a converger a una meta de déficit cero. Eso implica un ahorro de 6000 millones de dólares más que no vamos a financiar en los mercados. Y en 2020 vamos a tener un superávit primario de 1 puntos del PBI que nos va a ahorrar otros 5200 millones de dólares”, dijo Dujovne.
Según los números que mostró el ministro de Hacienda y Finanzas, el programa financiero de 2019 supone un desembolso de u$s11.700 millones del FMI, tal como estaba previsto en junio, y de otros u$s12.000 millones del mercado. Este último número buscará blindarse desde el martes en las conversaciones que Dujovne y el titular del Banco Central, Luis Caputo, mantendrán en Washington.
De esos u$s12.000 millones, u$s2800 deberán cubrirse para refinanciar vencimientos en el mercado internacional y otros u$s6400 millones, en el mercado doméstico. Parte de esa deuda está en pesos y se licúa con la devaluación. El Gobierno estimó nuevas colocaciones por u$s2500 millones para saldar la brecha financiera. Supuso una renovación total del stock de Letras del Tesoro (Letes), vencimiento de corto plazo que deberán refinanciarse, por un stock total de u$s11.000 millones. De esa cifra, u$s9100 millones están denominados en dólares.
“El programa financiero va a ser reducido drásticamente si logramos mejorar el acuerdo con el Fondo y de eso estaremos hablando en los próximos días en Washington con las autoridades”, dijo Dujovne.
Recesión más profunda
El ministro, al igual que Macri, pasó revista por las causas que, en la opinión del Gobierno profundizaron la corrida cambiaria. “En las últimas semanas, la volatilidad internacional recrudeció nuevamente y tuvimos que enfrentar la incertidumbre de los cuadernos de la corrupción kirchnerista”, dijo Dujovne.
Por eso, agregó, el Gobierno decidió converger al equilibrio fiscal en 2019. “Bajando el déficit bajamos nuestra necesidad de emitir deuda y de esa manera dependeremos menos de lo que ocurre en el mundo”, argumentó.
Sin dar datos, Dujovne admitió que la corrida profundizará la recesión. “La recesión de este año va a ser más pronunciada de lo que pensábamos y vamos a revisar a la baja la estimación de crecimiento para el año próximo. No tenemos todavía cifras para comentarles”, dijo.
Aunque consideró que la suba del dólar no se corresponde con la capacidad económica del país. “Este tipo de cambio real exagera los fundamentos de la economía argentina. Es un tipo de cambio depreciado. Pero ha habido un corte en el financiamiento a los mercados emergentes en general y se han estado depreciando las monedas de otros países, como el real y la lira turca. Como tenemos más inflación que esos países, nos ha afectado más. Cuando teníamos tipo de cambio fijo esto no se notaba y nos parecía que estábamos mejor. Pero subía el desempleo, porque el peso se atrasaba y nos volvíamos menos competitivos”, argumentó.
Luego de sus palabras, el dólar volvía a subir con fuerza. El Banco Nación vendía billetes a $38,60 a las 11:30, $1,20 por encima del cierre del viernes.