¿Dónde se acepta el incesto entre adultos?

En España y otros países, las relaciones sexuales consentidas entre hermanos adultos no constituyen delito, aunque no pueden casarse.

En 2012 salieron a la luz dos casos similares en las que existía sexo consentido entre familiares con consecuencias jurídicas muy diferentes. En Alemania, un hombre que convivía desde hacía años con su hermana y tenía cuatro hijos con ella fue condenado a prisión. La sentencia se mantuvo pese a que el afectado recurrió a un tribunal europeo. En cambio, los hermanos gallegos Daniel y Rosa Peña, con 35 años de relación “conyugal” a sus espaldas y dos descendientes en común, consiguieron legalizar su situación de incesto y la justicia les otorgó el libro de familia. Con ello, dejaron de figurar como tío y madre de sus hijos para convertirse, legalmente, en sus progenitores, pese a que no les está permitido casarse.

Por motivos biológicos –hay más riesgo de contraer enfermedades a causa de la consanguinidad–, éticos –son relaciones que pueden proceder de una posición de abuso de uno de los implicados–, atractivo –no suele darse entre quienes se han criado juntos– y económicos –socialmente conviene la redistribución de los ingresos y rentas–, el incesto ha estado tradicionalmente penado por ley. Pero hoy en día en muchos países se plantea la opción de aceptar estas uniones cuando los dos miembros son adultos y libres de tenerlas. Por ejemplo, en España dejó de ser delito en 1978, aunque se prohíbe el matrimonio; en Suecia se permite casarse a los hermanastros de padre; en Francia está despenalizado desde Napoleón; y en algunos estados de EE. UU., las relaciones sexuales consanguíneas son legales pero hay restricciones a la hora de contraer matrimonio.