Descubrieron una molécula que mejora la productividad de las plantas de poroto

Investigadores de la UNLP identificaron hebras de ácido ribonucleico que mejoran el crecimiento del poroto negro.

El poroto negro es una de las variedades de porotos secos que se cosechan en el país. Con el objetivo de optimizar la productividad de una especie, potenciar sus cualidades más valoradas, aumentar su resistencia a plagas y a factores climáticos extremos e incrementar su eficacia en la utilización de recursos, científicos del Instituto de Biotecnología y Biología Molecular, perteneciente a la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP, identificaron hebras de Ácido Ribonucleico (ARN) capaces de mejorar el crecimiento de esa planta.

Haciendo uso de tecnologías modernas de secuenciación masiva de ARN, la directora del proyecto, María Eugenia Zanetti, explicó: “Los ARN descubiertos en las raíces de la planta del poroto son capaces de modular el establecimiento y la eficiencia de la simbiosis entre la planta leguminosa Phaseolus vulgaris (poroto) y bacterias fijadoras de nitrógeno. Este tipo de simbiosis le permite a la planta leguminosa obtener una fuente de nitrógeno que pueda ser incorporada en proteínas y ácidos nucleicos, la cual es crucial para el desarrollo y crecimiento de la planta, y por lo tanto para sustentar la producción agrícola”. Al mismo tiempo, remarcó: “La planta de poroto negro es capaz de seleccionar y alojar preferentemente aquellas bacterias que son más eficientes en la formación de nódulos, aumentando así la producción de masa de la planta. De esta manera, la mayoría de los nódulos son ocupados solo por la bacteria simbiótica que es más ­eficiente en la formación de nódulos. En el estudio que realizamos se identificó un pequeño ARN que responde específicamente frente a la bacteria más eficiente en la formación de nódulos”.

Así, demostraron que si las plantas producen altas cantidades de este ARN, los nódulos pueden ser infectados promiscuamente, es decir, en simultáneo por dos bacterias diferentes, independientemente de si son más o menos eficientes en la formación de nódulos.

Flavio Blanco, el otro autor del trabajo, por su parte destacó: “Hay un enorme potencial de mejoramiento sobre estos vegetales, lo que podría contribuir fuertemente al ­desarrollo de tecnologías más amigables con el ambiente. El desafío es trasladar los ­descubrimientos del laboratorio a los cultivos y saber qué tan posible es transferir lo aprendido en el poroto a otras especies de la misma familia”.

 

 

RT