Conocé a Jimmy Kimmel, el conductor de los Emmy

Es el anfitrión de los premios a la TV que se entregan el domingo en Los Angeles

Al final de la noche, cuando todos los premios se hayan repartido, los discursos emotivos regresen convertidos en Gifs y los muchachos de Game of Thrones se vayan con su camión blindado repleto de estatuillas, la sentencia sobre la ceremonia de entrega de los premios Emmy dependerá de la actuación de un solo hombre: Jimmy Kimmel . Siempre es así. Los espectadores llegan a la fiesta por los premios pero se quejan y protestan por su conductor. Si el anfitrión tiene suerte, algunos de sus chistes funcionarán bien, los peores no ofenderán a nadie y en el balance nadie mencionará su tarea en la conducción de la entrega de premios de la TV que emitirá Warner desde las 19.30, del domingo. Si le va mal su carrera como uno de los cómicos más graciosos de las medianoches televisivas sufrirá un duro golpe. O sea que conducir una entrega de premios en Hollywood, especialmente una de tan alto perfil y alcance global, puede hacerle más mal que bien y sin embargo el para muchos desconocido Kimmel aceptó la tarea por segunda vez en cuatro años. ¿Valiente o masoquista? Veamos.

Quién es, qué hizo. Jimmy Kimmel nació en Brooklyn en 1967. Desde sus primeros tiempos universitarios trabajó en la radio del campus y luego a los 21 años empezó a dedicarse a la conducción radial profesionalmente. Durante años trabajó en emisoras de todo Estados Unidos hasta que consiguió un trabajo en Los Angeles. Allí la televisión, su verdadero objetivo desde la adolescencia, le quedaba muy cerca.

Qué hace:

Después de rendir examen y pagar el derecho de piso en programas de cable y de habituar al público a su estilo de humor, un poco irónico, a veces en extremo directo, modelado a imagen y algo de semejanza al de su ídolo, el ahora retirado David Letterman, mandamás del los Late Night por más de veinte años, Kimmel consiguió su propio ciclo nocturno. Era 2003 y según el mismo contó era “fatalmente difícil hacerlo. No teníamos invitados. Imaginate hacer un talk show en vivo a las 21 y que sean las 17.30, y todavía no tenés al invitado del día. Hacía muchos llamados a conocidos míos para que vinieran al programa”.

Sus amigos:

De aquellos tiempos desesperados a ser calificado por los medios de su país como el mejor conductor del prime time, Kimmel ganó reconocimientos, nominaciones a los Emmy (compite como mejor programa de variedades) yunos cuantos amigos famosos. Muchos de los cuáles lo ayudaron bastante con el contenido del programa que casi de casualidad fue uno de los primeros en tener chapa de viral en las redes. Todo gracias a un sketch que su ex novia, la comediante Sarah Silverman, hizo para Jimmy Kimmel Live! en el que cantaba una bonita canción sobre su experiencia sexual con Matt Damon. Protagonizado por ella y el actor, por supuesto. Tan divertido era el segmento que a la mañana siguiente ya había sido compartido por muchos de los espectadores y enseguida creció hasta hacerse viral. Desde aquel tiempo el programa tiene una constante presencia en las redes que el resto de los programas de su tipo también tuvo que implementar.

Los mejores momentos:

El conductor logró armar uno de los chistes de más larga vida en la TV. Desde su primer año cuando tuvo que cortar una entrevista a Damon por falta de tiempo, sostiene con el actor una disputa ficticia y tan simple como graciosa que ya es una marca registrada del programa. También lo es el segmento en el que invita a las estrellas a leer a cámara algunos de los tuits maliciosos dedicados a ellos y sketches especiales como el del “Club de los hombres guapos” del que participa el conductor junto a personajes como Sting, Patrick Dempsey,Matthew McConaugheyy Lenny Kravitz, entre otros.


Jimmy, vicepresidente:

Aunque Kimmel no se especializa en humor político, las idas y vueltas de la campaña presidencial norteamericana llegaron a involucrarlo tanto que toda una teoría conspirativa se construyó en las redes cuando Hillary Clinton visitó su programa y a pedido del conductor abrió un tarro de pepinos. Una demostración de fuerza doméstica que también hacía referencia a la capacidad de la candidata demócrata para resolver conflictos sin recurrir a la ayuda de un hombre. Antes, el conductor había anunciado su candidatura a vicepresidente con un desfile a bordo de un camión de bomberos que circuló por Hollywood Boulevard, la calle en la que está el teatro desde que el graba su programa.

Los Emmy:

Después de su experiencia en 2012, Kimmel dice que ahora entiende mejor a la audiencia de los Emmy. “La mitad de los presentes son celebridades y la mayoría solo quiere saber si ganaron o no así se pueden relajar, subir al escenario a agradecer o irse a casa a tomar. Es divertido. Tenés a todas las estrellas de la TV en un salón y eso abre un sinfín de posibilidades”, le contó hace poco el conductor al sitio IndieWire. Allí también explicó que todos los guionistas de su programa trabajan ahora para llegar con buenos chistes al domingo y que ésa es la parte más dificil. “Se trata de identificar los chistes que van a funcionar porque las cosas que hacen reír a un grupo de escritores de comedia podría ser diferente de lo que le interesa al resto de los Estados Unidos”, explicaba Kimmel.

Los Oscar:

Hace tiempo que los Oscar buscan un anfitrión que pueda instalarse en el puesto como en su época lo hicieron Bob Hope y Billy Crystal. Y el nombre de Kimmel siempre aparece entre los candidatos más firmes a un trabajo que los favoritos de todos suelen rechazar. Según el conductor aunque todos hablen de él en relación a los premios del cine, sus productores nunca le ofrecieron el trabajo. “Si me lo pidieran aceptaría. Los Oscar si parecen una situación en la que el conductor tiene todas las de perder pero de alguna manera eso es un desafío, te hace querer ganar”, respondía Kimmel en las notas que anticipan los Emmy, ese otro gran premio que el domingo le toca presentar.