Cómo viven las personas que no quieren tener sexo

Quieren y pueden vivir sin sexo. Así lo prefieren. Se autodenominan pertenecientes a una comunidad a la que llaman "el cuarto sexo", defendiendo esta postura sin caer en la idea de trastornos y emparentada con una forma de ser

Estas personas son parte de una nueva orientación sexual: la asexualidad, que identifica a un grupo que no siente atracción íntima por sus pares.

Es que el sexo es un terreno que dispara muchas aristas. Y más si el tema a tratar corresponde a la vida en pareja. Sin dejar de reconocer que es una de las problemáticas más grandes en la historia de las relaciones, es importante cuantificar y calificar al sexo en su verdadera importancia para el sostén y la solidez en una pareja.

En los últimos años, el término asexuado o asexual estuvo presente en muchas discusiones. “Esta es la razón por la que necesita precisiones, sostuvo el médico psiquiatra y especialista en sexología Juan Carlos Kusnetzoff, ya que una persona asexual es aquella que no quiere, no le gusta o no tiene pretensiones de tener relaciones sexuales. El resto de su vida sigue siendo igual como cualquier otro individuo”.

“Una persona decide ser así desde el vamos. Nació así. Se lo denomina asexualidad egosintónica ya que forma parte de la estructura personal y de la individualidad de la persona”, explicó Kusnetzoff. El doctor sostuvo que “todo aquel que sienta esto debe saber que no es un problema, porque es una persona que siempre fue así, es una sensación que tiene adentro y difícilmente cambie. Igualmente, ante los ojos de la sociedad se lo ve como algo malo porque ,en lo mínimo, se lo considera una rareza y en lo máximo una patología”.

En la adolescencia, es fácil detectar si uno es asexuado o no, ya que es ahí donde se empiezan a notar las ganas de tener alguna relación sexual con el sexo opuesto o el mismo sexo. “Si una persona se está volviendo asexuado se pierde el cosquilleo que se genera internamente. Además, se pierde la flecha hacia el otro sexo”, agregó el sexólogo.
Kusnetzoff afirmó que “muchos hombres utilizan la popularidad de la asexualidad para psicopáticamente conquistar a una chica y provocarla diciéndole que pueden salir pero no van tener sexo”. Esto, de alguna forma, genera una especie de desafío en la mujer y luego terminan cumpliendo el deseo sexual del hombre.