Cómo sobrevivir a una relación a distancia

Nos tenemos que separar. Y ahora ¿qué va a ser de nosotros?

Muchas veces nos vemos en la situación de tener que separarnos de nuestra pareja por motivos de trabajo o por cualquier razón, eso es lo de menos. Lo importante es que en este momento la pareja se enfrenta a uno de los mayores problemas o retos a los que se puede enfretar: La distancia.

Si os fijáis, he usado dos formas para describir la distancia, como un problema o como un reto. La primera clave para que una pareja supere este periodo de separación es esa: La visión con la que afrontan esta nueva situación. Ser optimista y pensar que sí se puede es el primer paso para conseguir el éxito y la continuidad, para mantener la relación a pesar de los kilómetros y del tiempo que tengan que estar separados, pero aún siendo positivos no todo será un camino de rosas. Vayamos poco a poco.

La verdad es que cuando una pareja se encuentra en la difícil situación de la distancia, surgen unos miedos e inseguridades que probablemente los que hemos pasado por esto sabemos de memoria: ¿Aguantaremos la distancia?, ¿Cuándo nos veremos?¿Merecerá la pena intentarlo? ¿Seré capaz de ser fiel? ¿Lo será la otra persona? Y esto es solo el principio, cuando decides seguir la relación y la distancia ya no es el futuro, sino que es el presente, otras dudas y preocupaciones surgen: ¿Por qué no me ha llamado hoy?, ¡Vaya! Tengo que irme a casa a hablar por Skype con lo bien que me lo estoy pasando. ¡Dios!, no nos llega el dinero para tanto viaje. Y por supuesto un sinfín de… Ya no recuerdo cómo me besaba, necesito sexo ya, o lo veo o lo dejo, te echo de menos, esto no lo soporto más, etc., etc., etc.

La pregunta es: ¿Merece la pena todo esto? Pues la respuesta es sencilla. Los dos tienen que estar muy decididos a buscar una solución a lo que sin duda es una prueba de fuego que puede fortalecer o romper lo que han creado.

Para empezar lo primero que se debe hacer es sentarse a hablar, sin discutir y en una actitud de diálogo y entendimiento. Muchas veces la situación de que uno de los dos se tenga que ir no es entendido por el otro miembro, por ello es importante fortalecer la empatía (ponerse en el lugar del otro) para poder entender los motivos que llevan al amante a tomar esta decisión, tanto del que se va como del que se queda. El siguiente paso, antes de decidir si seguir o no, es mirar las opciones reales que la pareja tiene para continuar. A esto puede ayudar una simple lista, la cual servirá para que se llegue a un “contrato” y ambos puedan continuar con su felicidad. Un ejemplo de lista podría ser:

  • Opciones de la pareja:
  1. Que la pareja se rompa.
  2. Que el miembro que se va renuncie a irse y sigan juntos.
  3. Que el miembro que se queda lo deje todo y se vaya con su pareja.
  4. Que decidan continuar en la distancia.

(Otras opciones que se os ocurran, una lluvia de ideas frente a una nueva situación siempre ayuda a buscar una solución definitiva).

La opción 1: Que la pareja se rompa. En muchos casos es una opción válida y madura. Hollywood y toda la publicidad de revistas, libros y televisión nos han vendido la idea de que el amor lo puede todo, que hay que dejarlo todo por amor porque él es el que nos salvará de toda tristeza, sin embargo, aunque el amor es algo hermoso, esto no es del todo cierto. El enamoramiento (que son esas mariposas en el estómago que sentimos y que es diferente al amor) se acaba, y muchas veces lo que tenemos es una adicción a la otra persona, unadependencia. Por lo tanto, lo primero que hay que tener en cuenta antes de aventurarse a una relación a distancia es saber si estáis dispuestos a pasar momentos duros, porque los habrá, y tenéis que tener claro que vuestro objetivo es estar juntos, porque sino será imposible y muy doloroso. Por eso la primera pregunta que os tenéis que hacer es: ¿Merece la pena los sufrimientos y sacrificios que vamos a pasar para estar juntos?¿Cuál es el objetivo de todo esto?¿Tenemos un plan común que justifique una relación a distancia? Si la respuesta es sí, adelante, sigue leyendo. Si es no, agradeceros el uno al otro todo lo que habéis hecho por vosotros, lo que habéis crecido gracias a vuestro compañero. Deciros que siempre os querréis como amigos por si el otro os necesita (esto no quiere decir que os cuenten sus nuevas relaciones, pero sí que nunca estaréis solos, que seréis un apoyo). Deciros lo mucho que os alegráis de que podáis seguir con vuestros objetivos, daros un abrazo (o un polvo de despedida) y seguid con vuestras vidas. Esto no es fácil pero muchas veces es la mejor opción y quién sabe, la vida da muchas vueltas, quizás sea solo un hasta luego, nunca digáis nunca. Si os lo tomáis así, todo es mucho más llevadero. Una ruptura no siempre tiene que acabar mal.

La opción 2 o 3: Que uno de los dos lo deje todo por el otro. Aquí tenéis que tener mucho cuidado. Si renunciáis tiene que ser por vosotros, por vuestra felicidad, tenéis que ser egoístas, hacedlo, pero hacedlo porque de verdad lo queréis, nunca por el otro. Esto suena fatal, lo sé, pero si no tenéis claro que es por vosotros mismos, entonces a la mínima que no tengáis nada que hacer, os sintáis solos porque el otro está trabajando y no os puede atender, o cualquier otra dificultad que se presente, empezaréis a sentir un vacio que convertiréis rápida o lentamente en resentimiento e ira hacia vuestra pareja, sentiréis que habéis dejado todo por él/ella y empezaréis a echarle esto en cara. Con la gran carga moral que conlleva para el otro miembro, el cual sentirá una responsabilidad enorme por haberos hecho renunciar a vuestra vida y vuestras oportunidades, lo que acabará minando la relación y si no buscáis una solución, la acabará rompiendo y terminaréis muy mal. Por eso es importante que si uno de los dos deja todo para seguir a su pareja tiene que tener claro que lo hace por él mismo y solo por él, que el objetivo de futuro es común y que ambos estáis de acuerdo con esto, para bien o para mal. Y nunca, pase lo que pase, tendréis la sensación de haberlo dejado todo por el otro, por problemas que se presenten. Si decidís que uno de los dos va a dejarlo todo, entonces es su responsabilidad.Claramente luego la convivencia ha de ser amorosa, pero eso ya se presupone. Si esto se hace así es porque os queréis, sin exigencias, simplemente aquellas que ya teníais antes de que se presentara la opción de separaros.

La opción 4: Relación a distancia. Bienvenidos a las relaciones a distancia. Lo primero que debéis tener en cuenta es si entre vosotros hay confianza plena. Si hay algo que os hace dudar, si existen celos o inseguridades, entonces la distancia puede ser un auténtico calvario. Por eso, cada uno consigo mismo, que sea muy consciente de si confía en su pareja a ojos cerrados y de cuales son los miedos que arrastra de relaciones anteriores. Si la respuesta es que sí confían en su pareja, entonces al siguiente paso. Y si ve que hay algo que solucionar, tanto propio como con el otro, hay que hablarlo y dejarlo muy claro para llegar a un acuerdo. El siguiente paso es cómo os vais a organizar el tiempo, cuándo os vais a ver en persona (navidades, puentes, etc.), cuándo hablaréis y por qué medio (Skype, Whatsapp, llamadas telefónicas…), qué tipo de relación vais a tener (fidelidad absoluta, relación abierta, etc.). En cuanto lleguéis a un acuerdo tened en cuenta que esto puede ser flexible, es decir, no pasa nada si un día no habláis por mucho que lo hayáis acordado, o si un día no te da las buenas noches con un bonito whatsapp. A veces el trabajo nos satura y no nos deja pensar con claridad, podemos estar estresados y no acordarnos de las cosas importante por culpa de las urgentes. Esto no es bueno, pero seamos realistas, a veces pasa. Por eso hay que ser flexibles, siempre intentando cumplir lo que habéis hablado. Y claramente, seáis o no cariñosos, en la distancia siempre ayuda deciros lo mucho que os queréis y las ganas que tenéis de veros, es decir, que la distancia no apague la llama del amor.