Cómo la tristeza puede ayudar a fortalecer la autoestima

Desdramatizar, afrontar las críticas y la solidaridad son algunas de las conductas esenciales para manejar las emociones. Siete pasos para sentirse mejor con uno mismo

“La autoestima no es inalcanzable, se construye, así que todas las personas tienen posibilidades de hacerlo. Pero para poder realizarlo hay que modificar tres cuestiones: la actitud con la que se encaran las situaciones de la vida, las expectativas que se tienen al respecto y la forma de pensar e interpretar los acontecimientos que ocurran”, dijo la licenciada en psicología María Gabriela Fernández (MN 17.735).

La autoestima, autoaceptación o autovaloración se refiere a la capacidad que tiene un ser humano de quererse, apreciarse, valorarse y aceptarse a sí mismo desde una mirada realista y amorosa. “Las personas con una autoestima elevada manejan mejor el estrés y experimentan menos efectos negativos en su salud como consecuencia de enfrentarse con uno mismo, de quererse, apreciarse, valorarse y aceptarse a sí mismo desde una mirada realista y amorosa”.

“Aceptar la tristeza es el primer paso para mejorar el estado de ánimo. Es inevitable sentirse triste, pero no permanecer en la angustia o melancolía que puede generar una mala noticia o un desamor”.

La nostalgia, producto de un hecho en particular, es capaz de determinar (para bien o para mal) el futuro anímico y emocional de una persona. “Puede ser el fondo de la cuestión para ponerse bien y salir adelante. Entender que esa actitud negativa produce otra más negativa”, dijo la especialista en estrés, ansiedad y emociones.

Siete claves para fortalecer la autoestima
La relación entre la autoestima y las emociones es el fruto de un feedback continuo. “Por un lado, cuanto más valor y aceptación por sí mismo tiene un ser humano, mayor consistencia interna producirá”, agregó Fernández, quien detalló las siete claves para fortificar el estado anímico y no caer en la debilidad constante que provocan las emociones.

Centrarse en el presente. Volcarse en el futuro no crea las herramientas necesarias para llegar a buen puerto. Focalizar en el presente produce tranquilidad y genera una mirada más amplia acerca de la situación que aflige a la persona.

Ejercitar el ser consciente. Qué se está pensando y cómo se está sintiendo. En consecuencia, va a influir en la comunicación con los demás y ayuda a construir una realidad más positiva.

Desdramatizar. No temer a los pensamientos. Solo son simples ideas a menos que se traslade su influencia a la realidad convirtiéndolos en hechos. Mirarlos en contexto y nada más.

Perder el miedo a las críticas. Puede impedir que una persona haga lo que realmente desea y funciona como una barrera mental. Hay de dos tipos: las personales y las que se refieren a alguna tarea que se esté realizando.

Rodearse de gente positiva. Es muy difícil tener una perspectiva positiva de la vida, de uno mismo y de las cosas que pasan si constantemente se recibe una actitud negativa al respecto de las personas que actúan alrededor. Juntarse con gente llena de energía y ganas de realizar cosas hará que todo sea más sano física y mentalmente.

Ser solidario. La amabilidad hacia los otros enriquece al ser humano y lo llena de sentimientos alegres.

Centrarse en las posibilidades. Entre lo que no se puede y lo sí se puede hacer es clave centrarse en las últimas. En vez de perder tiempo y energía en cosas que no van a ser, es productivo dedicarle el tiempo a lo que vale la pena.