Cómo hacer el balance de fin de año

Una especialista contó las claves para realizar con profundidad y de manera correcta la evaluación que cierra un período de tiempo (y de vida). Qué tópicos no deben faltar

Al terminar cada uno de sus años, los Mayas celebraban el día fuera del tiempo, que no pertenecía a ninguno de los dos años, ni al que terminaba ni al que comenzaba. Era un día para detenerse, celebrar las artes y la paz. Actualmente, la festividad se sigue celebrando el día 25 de julio en varias partes del mundo.

“Nosotros festejamos fin de año en otra fecha y de otra forma. La información acerca de otras culturas nos muestra que el 31 de diciembre es una fecha arbitraria en la cual un período termina y otro comienza”, explicó a Infobae Laura Szmuch, magister en Psicología cognitiva y aprendizaje.

 

Y agregó: “En otras culturas, los cambios de año están sintonizados con los ritmos del sol, la luna o los ciclos de la tierra. Veamos qué podemos aprender nosotros de ellos para que nuestro próximo fin de año y comienzo del nuevo tenga un significado más profundo que simplemente brindar y deleitarnos con pan dulce y frutas secas”.

Utilizando como metáfora el balance de fin de año de una empresa, cuando termina el período, se contabilizan ganancias y pérdidas, para evaluar cómo es el estado financiero, ver los activos y los pasivos, y a partir de esa información, se proyecta el próximo período.

La mayoría de las personas se reserva solo unos minutos antes de llevar la copa a la boca cuando la sirena nos indica que ya comenzó el Año Nuevo. Sin embargo, la especialista explicó que “la propuesta es tomar un rato más largo, un momento para nosotros, y hacer una evaluación consciente acerca de qué sucedió durante los últimos meses”.

Esto servirá para darse cuenta que fue lo que no funcionó como se hubiera querido y así poder modificarlo. Y aquellas que salieron bien, hacerlas aún mejor el próximo año.

¿Cómo hacer el balance?

“Debemos ir recorriendo los diferentes ámbitos, para ir evaluando este 2016: qué hemos adquirido, qué hemos perdido, cuáles fueron nuestros aprendizajes, y qué cosas dejamos pendientes para los próximos meses”.

 

Las preguntas esenciales

¿Cómo fue el clima laboral en el cual se desenvolvió?
¿Cómo fue su desarrollo financiero y crecimiento laboral?
¿Cómo fue su vida social, familiar, afectiva?
¿Cómo cuidó su salud, su cuerpo, su energía física y alimentación?
¿Cómo se relacionó con otras personas? ¿Fue un año armónico o tuvo conflictos?
¿Qué cosas de las que vivió le encantaría repetir?
¿Qué cosas quisiera dejar atrás definitivamente?
¿Qué cosas le dolieron?
¿De qué se sintió orgulloso?
¿Qué objetivos se había propuesto que se han hecho realidad y cuáles no?
¿Qué cosas le dieron placer?
¿Qué cosas lo divirtieron?
¿Qué emoción predominó, cómo se sintió la mayor parte del tiempo en 2016?
“Una vez que nuestro balance está claro frente a nosotros, podemos considerar que tenemos información para planificar el nuevo año”.

Entonces, es el momento de decidir qué cosas definitivamente “vamos a soltar, a dejar atrás y cuáles vamos a promover e incentivar”. Es el momento de pensar qué cosas dependen de cada uno solamente y cuáles es necesario planificar con otros: familia, amigos, pareja, compañeros de trabajo.