Cáncer de piel: mitos y verdades

Se acerca el verano y hay que extremar los cuidados para combatir los efectos más nocivos del sol. Opina la dermatóloga Ana Beatriz De Pablo.

Un dato que puede resultar alarmante en su primera lectura es que el cáncer de piel es la forma más común de cáncer en los seres humanos, según confirmaron estudios científicos. Sin embargo, gracias al avance de las investigaciones, al detectarse a tiempo es curable en la mayoría de los casos.

Esta semana finalizó una intensa campaña organizada por la Sociedad Argentina de Dermatología en la que de manera gratuita se resolvieron las dudas de las personas que se acercaron a hospitales, clínicas y centro médicos de todo el país.

¿Los días nublados protegen a la piel del sol? ¿Estar muy bronceado la protege? ¿Ayuda exponerse previamente a una cama solar? ¿Los protectores solares de factor 100 protegen 100% la piel? Éstas y otras preguntas fueron respondidas por expertos como la doctora Ana Beatriz De Pablo, especialista en dermatología y coordinadora de la campaña, quien replicó parte de las consultas más frecuentes cuya síntesis reproducimos a continuación.

Previamente hay que responder, ¿por qué se hizo esta campaña?

Las radiaciones ultravioletas tienen un efecto acumulativo y causan daños irreversibles en la estructura de la piel. Se estima que a los 18 años una persona ya se expuso al 80% del total de las radiaciones solares que recibirá en toda su vida, por lo cual es fundamental evitar el daño solar desde el nacimiento. Asimismo, en los últimos 30 años hubo más gente con algún tipo de cáncer de piel que con cualquier otro tipo de cáncer.

CONSEJOS

• No exponerse al sol en los horarios próximos al mediodía. Entre las 10 y las 16 horas la intensidad del sol (y su daño) es mayor.

• Usar anteojos de sol. Tienen que ser de calidad reconocida y que bloqueen rayos UVA y UVB.

• Usar protector solar. Se recomienda utilizar cremas, geles o aerosoles de marcas reconocidas, respetando su fecha de vencimiento, que sirvan para UVA y UVB con un factor de protección solar (FPS) no menor a 30. Ningún protector protege 100% la piel, ni siquiera los nuevos factores “100” que venden algunas marcas.

• Aplicar correctamente el protector solar. Para que sea útil hay que colocarlo unos 20 minutos antes de exponerse al sol, con la piel seca y cubriendo toda las zonas descubiertas. La cantidad debe ser abundante. Hay que volver a aplicarlo cada 2 o 3 horas con la piel seca. Si se transpira mucho o se está dentro del agua hay que reaplicarlo (aún si son resistente al agua). No reducir el nivel de protección a lo largo de los días: el bronceado evita sensación de quemazón pero no previene de consecuencias negativas a largo plazo.

• Humectar la piel después de estar expuesto al sol. La piel se seca por la transpiración, el viento, la arena y el calor. Es muy conveniente utilizar alguna crema liviana (emulsiones) para devolverle la elasticidad natural.

• Atención con chicos menores a 2 años. Los chicos menores de 2 años deben protegerse con sombra (árboles, sombrillas, carpas, sombreros, ropa) y respetando los horarios seguros. No usar protector solar en los menores de 6 meses.

• No “preparar” la piel con cama solar. Las camas solares emiten rayos ultravioletas A que producen un rápido bronceado. Aunque no se sufra irritación ni quemaduras, ese bronceado es nocivo para la salud de la piel. Las camas solares pueden provocar cáncer de piel y su uso está cuestionado, regulado por ley y hasta prohibido en muchos países (Brasil, Australia) por esta razón. La Organización Mundial de la Salud las incluyó dentro del grupo de sustancias cancerígenas junto al arsénico y al tabaco.

MITOS Y VERDADES

• ¿El bronceado protege la piel? Falso: el bronceado se produce después de que el sol daño la piel. Muchas personas que tienen cáncer de piel han vivido muchos años al sol y supuestamente tenían la piel “curtida”. Lamentablemente no es así.

• ¿Hay que ir cambiando el factor de protección según la piel se va “tostando”? Falso: la protección tiene que ser siempre la misma. El objetivo es tomar un bronceado muy leve. Bronceado intenso es sinónimo de daño.

• ¿Las quemaduras solares en la infancia y adolescencia aumentan el riesgo de padecer melanoma maligno? Verdadero: después de una quemadura solar la piel necesita unos 15 días para curar las ampollas y hasta meses para volver a exponer la zona sin volver a irritarse. Pero finalmente cura dejando unas pecas como testigo de la quemadura. Pero el daño ocasionado puede manifestarse muchos años después.

“Los días nublados no protegen la piel, como suele creerse”, recordó la dermatóloga Ana Beatriz De Pablo.

• ¿Los días nublados no hace falta protegerse? Falso: algunos rayos ultravioletas tienen energía suficiente para atravesar las nubes y tener efecto sobre la piel. Por eso no hay que descuidarse los días nublados o con resolana.

• ¿Es necesario tomar mucho sol para producir vitamina D? Falso: se necesita una cantidad mínima de sol en un área chica del cuerpo (cara y manos) para obtener este efecto. El resto de la vitamina d se adquiere mediante alimentos.

AUTOEXAMEN

La piel es el órgano del cuerpo humano más fácil de examinar. Cuidarla es en parte nuestra responsabilidad para mantenernos saludables. No hay como uno mismo para reconocer un cambio. No lleva más de 10 minutos. Su realización periódica debe convertirse en un hábito y no en una obsesión. ¿Qué buscar? Cualquier cambio de coloración, textura, elevación o depresión en la piel. Conocer los lunares y seguir su evolución es importante. Cualquier cambio puede ser un signo de atención.