Tiene 19 años, estudia en la Universidad de Sicarusa, en Estados Unidos y protagonizó una historia… con final feliz.
Sus vecinos estaban teniendo una noche de sexo desenfrenado. Desenfrenado y ruidoso. La protagonista de esta historia, Jenna Levine, no soportaba más e hizo lo que varios hubiéramos hecho en la misma situación: dejarles una nota.
“Hola vecinos, por favorhagan un poco menos de ruido cuando tengan sexo. Algunos de nosotros estamos tratando de dormir la siesta y no recordando lo solos que estamos. Siéntanse libres de hacer todo el amor que quieran. Pero por favor, háganlo en un volumen más bajo. ¡Gracias!”.
Jenna tiró la carta por debajo de la habitación 338 esperando una respuesta. ¿Se enojarían? ¿La insultarían? ¿Tendrían sexo haciendo MÁS ruido? No, le contestaron con otra carta… y una sorpresa.
No, a Jenna no la insultaron ni le dieron tapones para los oídos. Le pidieron disculpas con una barra de chocolate.
“Nuestras más profundas disculpas, ojalá disfrutes esta barra de chocolate”.
Los vecinos le regalaron un dulce, le pidieron perdón y también le escribieron una nota, en una postal de Andy Warhol.
Esto escribieron sus avergonzados vecinos:
“Querida vecina. Sentimos mucho lo que pasó. No nos dimos cuenta lo ruidosos que estábamos siendo (..) Estamos muy apenados, y esperamos que esto no haya ocurrido muy a menudo. Muchas gracias por tu increíble e hilarante carta. Vamos a tratar de hacerlo más silenciosamente.
Ey, no te preocupes, no vas a estar sola para siempre. La persona adecuada va a llegar en el momento indicado. Yo estuve solo por 18 años. Jaja. Una vez más, sinceras y profundas disculpas.
Atentamente. Habitación 338”.
