Bronquiolitis: síntomas y prevención

La bronquiolitis es una enfermedad respiratoria aguda producida por un virus, generalmente por el llamado virus sincitial respiratorio (VSR). Se caracteriza por una obstrucción de las pequeñas vías aéreas (bronquiolos), que puede causar dificultades respiratorias, entre otros síntomas.

¿En qué consiste? La bronquiolitis es una enfermedad respiratoria causada por un virus. La infección produce hinchazón de los bronquiolos (los bronquios más pequeños de las vías respiratorias). Al estar inflamados, el aire entra con dificultad en los pulmones y, sobre todo, le cuesta salir. Como la expulsión del aire es cada vez más difícil, el pulmón se va llenando de aire y el tórax se distiende.

 ¿Cuáles son los síntomas?

El proceso se inicia como un catarro común, con secreción nasal y tos ligera. A los dos o tres días en algunos bebés aumenta la tos, aparecen sibilancias (un sonido como un silbido al respirar) e incluso dificultades respiratorias, con aumento de la frecuencia y tórax distendido. También pueden tener fiebre, aunque este síntoma no siempre aparece. A las 72 horas mejoran bastante las dificultades respiratorias.

¿A qué niños afecta?

Se da sobre todo en los niños menores de dos años. La mayor parte de los niños infectados por el VSR solamente padecen un ligero resfriado. Sin embargo, en los lactantes es más probable que aparezca la bronquiolitis en toda su extensión. Esto se debe a que sus vías aéreas son estrechas y se bloquean con facilidad cuando se inflaman. Por eso la bronquiolitis es más grave en los menores de seis meses y en especial en los recién nacidos (menores de un mes), así como en los prematuros con problemas respiratorios al nacer.

¿Cómo se contagia?

El VSR se propaga por contacto con las secreciones (gotitas de saliva que salen al toser o estornudar) de la persona infectada. También puede vivir en superficies como                                                                                                                                                                                                                                                                                                                       juguetes, ropa o manillas de las puertas. Es muy contagioso, a menudo se extiende como la pólvora en familias, guarderías y salas de hospitales. En parte puede prevenirse con un cuidadoso lavado de manos del enfermo y el cuidador.

¿Cómo se trata?

No existe medicación específica para la infección por el virus sincitial respiratorio, y los antibióticos no son útiles. El tratamiento, en la mayoría de los casos, consiste en dar de beber al niño para mantenerle hidratado (si no le apetece, animarle a tomar pequeñas cantidades de líquido a menudo) y ofrecerle de comer sin forzarle, aunque puede que pierda el apetito. Si tiene fiebre, el antipirético habitual aliviará sus molestias. Algunos lactantes, por lo general prematuros y menores de tres meses, necesitan ingreso hospitalario, ya sea por la dificultad respiratoria, por no tolerar líquidos por la boca o por deshidratación. El 1% de los afectados requiere cuidados intensivos.

¿Pueden quedar secuelas?

Casi la mitad de los lactantes pequeños que han padecido bronquiolitis, en especial en los primeros tres meses, sufren de asma cuando tienen infecciones respiratorias agudas durante los dos o tres primeros años.

¿En qué periodo del año se presenta?

Puede haber bronquiolitis durante todo el año. La epidémica (del 50 al 90%) la produce el virus sincitial respiratorio y se presenta sobre todo en los meses fríos, entre noviembre y marzo. La bronquiolitis esporádica puede aparecer otros meses y suelen causarla otros virus: parainfluenza, influenza, rinovirus o adenovirus.

¿Cuándo acudir al médico?

Hay que ir al servicio de urgencias:

  • cuando el bebé es menor de tres meses;
  • si tiene fiebre que dura más de tres días;
  • si tiene dificultad respiratoria (respira más deprisa de lo habitual);
  • si su piel se pone morada, en especial alrededor de los labios.

Hay que consultar al pediatra:

  • ante la aparición de los primeros síntomas si fue prematuro
  • si tiene una enfermedad del corazón
  • si el bebé está sano pero un hermano u otro miembro de la familia está enfermo.

¿Se puede prevenir?

  • La leche materna funciona como un protector. Además, hay que mantener al niño alejado de los virus, evitando el contacto con niños o adultos que sufran una infección respiratoria.
  • Si el bebé va a una guardería donde otros niños pueden tener el virus, es primordial que los cuidadores se laven bien las manos con frecuencia.
  • Hay que evitar fumar delante del niño, ya que en los bebés que son fumadores pasivos la bronquiolitis puede ser un proceso más largo y grave.
  • En los prematuros de alto riesgo se pone una inyección de anticuerpos contra el virus sincitial respiratorio durante los meses de mayor prevalencia. La prescribe el pediatra y se administra solo en el hospital.