Expulsiones polémicas, offsides que no fueron, golazos. Sin dudas, este Superclásico entre River y Boca tuvo de todo, aunque terminó festejando el Xeneize 2-1 en el Monumental, para seguir con puntaje ideal en la Superliga y cada vez más lejos de sus perseguidores.
El Millonario arrancó mejor el partido, con ganas de sacarse la espina de la eliminación de la Copa Libertadores frente a Lanús. Pero el encuentro cambiaría a los 37 minutos del primer tiempo, cuando Néstor Pitana expulsó a Nacho Fernández por un planchazo terrible a Edwin Cardona.
Acto seguido, el colombiano clavó un tiro libre exquisito en el ángulo izquierdo de Germán Lux, para silenciar a todo el Monumental.
Las revoluciones estaban a mil en los dos equipos, y así se siguió jugando el encuentro, que tuvo otro mojón clave con una roja, pero que Pitana inventó: a los 15 del complemento vio un codazo de Cardona a Enzo Pérez que nunca existió, para que los dos quedaran con diez hombres.
Ocho minutos después, todo el Monumental explotó con un grito después del bombazo desde muy lejos de Leonardo Ponzio, llegando a la igualdad para alegría del público local.
Aunque los dirigidos por Marcelo Gallardo no pudieron casi acomodarse al empate, ya que cuatro minutos después el uruguayo Nahitan Nández puso otra vez al frente a Boca, con una volea desde adentro del área.
Lo que quedó de tiempo fue jugado de manera intensa, friccionada y con mucha intensidad y nervios.
Pero el líder de la Superliga se llevó el festejo, los tres puntos, el clásico (ahora le sacó diez de ventaja en el historial a River), y le dio el golpe de gracia a una semana negra para la Banda, que además mira a doce unidades de distancia a su vencedor, que sigue imbatible en el torneo.
