Bebé mexicano se convirtió en el primero en tener tres padres

Fue concebido a partir del material genético de un hombre y dos mujeres para evitar que el niño naciera con una enfermedad. ¿Técnica para salvar vidas o bebés de diseño? Ya hay polémica.

En México nació un bebé que se convirtió en noticia por ser el primero con tres padres. Su cuerpo tiene material genético de tres personas diferentes: su papá, su mamá y una mujer, que donó óvulos para que el bebé sano, sin una mutación genética que tiene la madre, una rara enfermedad que afecta el sistema nervioso -el síndrome de Leigh- y que ya la había hecho perder dos hijos.

La novedosa técnica, desarrollada en Newcastle (Inglaterra), fue aplicada por médicos estadounidenses en un hospital de ciudad de México a una pareja musulmana de origen jordano. Todo una proeza transnacional. Según la revista especializada New Scientist, el bebé nació hace cinco meses y es la primera vez que se logra la aplicación de esta técnica -llamada donación mitocondrial- sin destruir embriones.

Si bien permite a los padres con mutaciones genéticas tener hijos sanos, el procedimiento genera polémica y resistencia porque algunos creen que consiste en “diseñar bebés”. En Reino Unido fue legalizado, en Estados Unidos está prohibido y en México puede aplicarse porque no existe legislación que regule la clonación ni la reproducción asistida.

¿CÓMO ES LA TÉCNICA?

La técnica de los tres padres combina el ADN de los dos progenitores con la mitocondria sana de una donante mujer. Es una mínima dosis de material genético -un 0,18 por ciento- que pasa al embrión y no afecta características esenciales de la persona.

En primer lugar los especialistas extrajeron el núcleo de un óvulo de la madre y lo introdujeron en un óvulo de la donante al que previamente se le había retirado su propio núcleo. El óvulo resultante se fertiliza con espermatozoides del padre y se deposita en el útero de la madre para que se desarrolle. En total se crearon cinco embriones pero sólo uno se desarrolló de forma normal, y ése fue el que implantaron en la madre.

John Zhang, líder del equipo, aseguró a New Scientist que “para salvar vidas esta es la decisión ética correcta”.