Tengo una historia para contar. Es acerca de mi caca.
Ayer fui a una cita con un hombre que me invitó el otro día. Todo estaba saliendo bien. Y fui a su casa.
Soy una mujer confiada, calmada y segura de sí misma… así que me sentí cómoda yendo haciendo caca en su baño. Fue un error. El inodoro no funcionaba bien.
Por supuesto, como cualquier mujer calmada, confiada y segura de sí misma, entré en pánico. Tiré la cadena un millón de veces, haciendo que todo sea peor.
En ese punto estaba realmente frenética. Estuve ahí demasiado tiempo. Había una sola pieza de caca. Así que en ese momento…algo me vino a la mente. Sabía exactamente lo que tenía que hacer. Agarré papell higiénico y saqué la caca del inodoro. Una vez que eso estuvo listo me di cuenta que no tenía un plan. ¿Qué hago con eso ahora? No puedo dejarlo ahí. En este putno ya estaba REALMENTE volviéndome loca
porque había estado ahí adentro demasiado tiempo. Así que, de vuelta, otra horrible decisión. Hice lo único que se me ocurrió. Lo envolví en múltiples capas de papel higiénico y lo puse en mi cartera
Muy bien, y ahora qué? Estábamos sentados en su sillón, besándonos, y en lo único que podía pensar era en este pedacito de caca en mi cartera.
Él: sos muy hermosa. En el momento en el que me sonreíste me conquistaste.
Yo: eso es muy dulce.
Yo en mi cabeza: tengo un pedazo de caca en mi cartera.
En ese momento le escribí a mi hermana para que me de algún consejo.
Ella me dijo que tenía que hacer algo, que me fije si había otro baño o que vaya afuera a tirarlo.
Así que, después de algunas horas él usó el baño y escuché el “flush” (el sonido del inodoro funcionando). Supuse que él no había arreglado. Quizás no, pero tenía que aprovechar la oportunidad.
Tenía que tratar de deshacerme de la caca. Así que llevé mi cartera al baño. Desenvolví la caca, la recé a todos los dioses que conozco, lo puse ahí y tiré la cadena.
Por la gracia de Dios, funcionó. La caca se fue. Era libre. No era culpable. Todo iba a estar bien. Sobreviví. Soy una sobreviviente.
Esa es mi historia. Un hombre, sentado ahí diciéndome que era la mujer más maravillosa que había conocido, sin saber que a 10 pies de distancia, en mi cartera, había caca.
Caca que yo había “pescado” de su inodoro.
Esto es muy bochornoso para mi. Pero en serio: no tomen café antes de una cita, es mejor tener sueño que tener que esconder caca en la cartera.