La Canasta Básica de Alimentos fue valuada en $5.304; y la que incluye los servicios esenciales se elevó a 12.269 pesos.
A tono con la desaceleración del ritmo de la inflación en la comparación interanual, y aceleración en la evolución mes a mes, se movieron tanto los valores de las canastas de indigencia, como de pobreza, en el relevamiento mensual de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL).
En febrero último, el costo de la Canasta Básica Alimentaria de la Ciudad de Buenos Aires por adulto equivalente (CBA) –que determina la línea de indigencia‐ alcanzó a $1.717 en tanto que el de la Canasta Básica Total –que define la línea de pobreza‐ ascendió a 3.970 pesos.
A partir de esa referencia de base, si se considera una familia tipo de cuatro miembros, integrada por dos mayores y dos menores, la cual consume el equivalente a 3,09 adultos, el costo de la CBA para ese hogar se ubicó en febrero en $5.304 y el de la CBT en 12.269 pesos.
De ahí surgió que en el último mes los miembros activos del grupo familiar debieron reunir en conjunto por día $176,80 de ingreso total para poder comer lo mínimo indispensable todo el grupo habitacional, y no caer en estado de indigencia.
Mientras que para no quedar debajo del umbral de pobreza, ese hogar debió reunir por todo concepto $409 de recursos monetarios por día para además de poder comer, pagar los servicios básicos de luz, gas, agua, transporte.
A nivel de consumos básicos, FIEL estimó que en febrero un leve repunte en la variación intermensual, tanto de la canasta de alimentos: de 0,4% en en enero a 0,7%; como en la que incluye servicios: de 0,8% a 1,1 por ciento.
Sin embargo, en ambos casos el relevamiento de precios de bienes y servicios esenciales que necesita una familia promedio arrojó una variación sensiblemente menor a las estimaciones de inflación que midieron el consenso de las consultoras, ya que se ubicaron entre 1,7% y 2,7 por ciento.
En relación a febrero del año pasado el indicador de FIEL determinó que una familia que estaba al filo del umbral de pobreza necesitó aumentar sus recursos monetarios en $2.918 para mantenerse sobre esa línea; y $1.131, en el caso de quien estaba al borde del umbral de indigencia.
