Cuánto afectan los dulces a nuestra salud

Nueve de cada diez argentinos incluyen dentro de su alimentación cotidiana alguna galletita, masa, factura, postre o golosina.

Los dulces son una perdición para más de uno. Sin embargo, el problema mayor es cuando se instalan dentro de nuestra dieta diaria y cobran un protagonismo cada vez más importante.

Según datos del Departamento de Desarrollo Productivo y Tecnológico de la Universidad Nacional de Lanús, 9 de cada 10 personas incluyen dentro de su alimentación cotidiana algún dulce, ya sea galletitas, mermeladas, masas, facturas, postres o alguna golosina.

Según la doctora Vanesa Anger (MN 86.383), especialista en Nutrición y Obesidad de Fundación Favaloro, y miembro del grupo de trabajo en obesidad de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), la mayoría de las personas eligen consumir dulces durante el desayuno y, en una menor proporción, en la merienda.

Ocurre que dejarlos de lado es una misión casi imposible para muchos, por eso Anger sostiene que no hay que demonizarlos, pero sí tenerlos en cuenta para evaluar con qué frecuencia consumirlos en función de la salud de cada paciente.

Para eso, la especialista propone pequeños trucos como el no tener dulces en casa. Ella indica que es preferible que nos compremos una golosina cada día, a que tengamos una caja llena de dulces a mano. “Tenerlos cerca va a hacer que nos tentemos cada vez que los veamos, aunque no tengamos hambre”, argumentó.

“El placer es como el motor de la vida. Y el acto de comer es un acto ineludible, y estamos diseñados para que el alimento nos encienda zonas de recompensa. El problema no está en comer algo dulce, sino en comer de más”, concluye.