Comprar en el súper cuesta 20 % mas que en un mayorista pero las marcas propias ganan terreno

Llenar el changuito con productos de marcas alternativas supone un ahorro superior al 60%. Cambian los hábitos de consumo.

A medida que caen las ventas de los supermercados, crecen las de los mayoristas. Esta tendencia, que se profundizó desde el año pasado, tiene una explicación bastante elemental: el comercio mayorista es más barato. Llenar un changuito con productos de primera marca puede salir en el hipermercado un 22 por ciento más caro que en la tienda de venta al por mayor.

Pero hay algo aun más económico: reemplazar los productos de primera marca por los que comercializan las grandes cadenas con su marca propia.

La información está disponible online, en la web Precios Claros, en la que las grandes tiendas minoristas y los mayoristas cargan toda su lista de precios y la actualizan a diario.

La comparación es con precios de lista, por lo que las diferencias pueden acortarse los días de promociones, tanto bancarias como por cantidad. Más allá de eso, vale tener en cuenta las diferencias.

Una caja de cuatro hamburguesas de primera marca que en un hipermercado cuesta $ 64,51, se consigue en un comercio mayorista, a poca distancia del primer local, a $ 56,82. La diferencia es del 13,5 por ciento.

Una botella de aceite de girasol de 1,5 litros que el hipermercado está 53 pesos, cuesta en el mayorista $ 42,87. El híper, en este caso, es 23,6% más caro.

Un envase de un kilo de queso cremosoque en el supermercado sale $ 219, cuesta en el mayorista $ 184,09. El minorista es, en este casi, 19% más caro.

Un paquete de fideos secos es 21,5%más caro en el hipermercado: $ 21,9 contra $ 18,02.

Algo similar sucede con los elementos de limpieza. El envase de 800 gramos de jabón el polvo para lavarropas que en el hipermercado cuesta $ 58,6, sale en el mayorista $ 44,76. La diferencia es del 30,9%. El suavizante es 24,6% más caroen la tienda minorista: $ 34,19 contra $ 27,43 por un envase de 900 centímetros cúbicos.

Un envase de shampoo de la misma marca que en el supermercado se vende a $ 140,35, se comercializa en el mayorista a $ 115,49. Aquí, la diferencia es del 22,8 por ciento.

“Los hogares que probaron la compra en el mayorista, ahora le destinan mayor parte de su presupuesto que antes. En un estudio cualitativo encontramos que el 44% de las familias declaró que seguirá comprando en el mayorista como su canal de forma habitual”, afirmó Federico Filipponi, Director Comercial de Kantar Worldpanel.

Y esto se nota en los balances de los mayoristas. “Las ventas en el sector se recuperaron en los últimos dos meses”, dijo el presidente de la Cámara de Distribuidores Mayoristas de Alimentos y Bebidas (Cadam), Alberto Guida, a la agencia Télam. “En el primer cuatrimestre de este año estuvieron amesetadas con niveles similares a los del 2016, cuando habíamos obtenido un crecimiento del 2%”, agregó.

La razón de ser de las marcas propias es el precio: los supermercados, bajo este paraguas, ofrecen productos mucho más económicos.

“Las acciones sobre el precio tienen un impacto directo en el volumen de las categorías que conforman la canasta básica de consumo masivo. Las promociones sobre las marcas propias permiten posicionarlas con un precio medio por debajo de las líderes, como consecuencia performan mejor en ventas”, indicó Kantar Worldpanel.

Los supermercados perdieron terreno entre las preferencias de los consumidores. Según el Indec, las ventas minoristas volvieron a caer en junio, 1,2% interanual, aunque se recuperaron desde mayo. Dos multinacionales de peso anunciaron en estas semanas un cambio de estrategia, focalizada en el precio y no en la promoción. Una apuesta a ofrecer 400 productos de primera línea y gran rotación a precio más barato que su competencia; y la otra congeló el precio de 1300 ítems de marca propia hasta el 31 de enero de 2018.

Un changuito de productos de primera marca es 66 por ciento más caro que uno similar, pero conformado íntegramente por productos sustitutos.

El cartón de leche de primera marca cuesta $ 28,73 en un hipermercado de una cadena multinacional. La leche larga vida de marca propia se comercializa, en ese establecimiento a $ 22,9. La marca reconocida es 25,5 por ciento más cara.

El paquete de fideos secos de $ 21,90 puede reemplazarse por uno de $ 16,90. La diferencia es del 30 por ciento.

Una botella de aceite de primera marca es 26% más cara que una de marca propia. En el caso de las hamburguesas, la diferencia es del 40,2 por ciento.

Las diferencias son más notables en los productos cosméticos. Un envase de shampoo de marca cuesta casi cuatro veces más que uno que lleva la etiqueta del supermercado. El jabón de tocador de primera marca es 78% más caro.