Teje gorros para indigentes, tiene 91 años y está enfermo

Su estado de salud lo obliga a permanecer en la cama todo el tiempo, pero encontró en la "lanaterapia" algo que lo "hace sentir bien".

Abriga a personas indigentes, teje, se entretiene y, además, sin darse cuenta, obtiene varios otros beneficios para su salud.

Morrie Boogart tiene 91 años, cáncer de piel y una masa en su riñón. Su condición médica lo obliga a permanecer en la cama todo el tiempo, sin embargo, él encontró una forma de “hacer”, ayudar y entretenerse. ¿Cómo? Tejiendo todos los días gorros para personas de bajos recursos.

Desde hace 15 años que adoptó este hábito que tanta satisfacción le produce. “¿Por qué lo hago? Me hace sentir bien. Tengo que estar acá y esto es lo mejor que me pudo haber pasado. Soy un paciente que permanece en la cama para todo”, cuenta.

En el asilo en Grandville, Estados Unidos, él se encuentra rodeado de los gorros listos para ser entregados a personas indigentes, de lanas esperando para ser tejidas, y de la foto de su difunta esposa. Si bien cada vez teje a menor ritmo, él logra hacer un gorro cada dos días. “Lo hago despacio. Quizá me toma dos días. Pero, probablemente, el único momento en que no lo hago es cuando estoy dormido”, agrega.

“Los gorros permiten cubrirse las orejas. ¡Lindo calorcito!”, dice mientras se prueba una de sus obras hechas a mano. “No es mucho, pero significa mucho para mí”, concluye.