Con el paso del tiempo y el apuro del día, el beso pasó a transformarse en un “choque” de mejillas o un roce de labios en el aire.
Muchas veces se busca en fármacos la respuesta para encender la pasión sin entender aún que la respuesta del enigma está escondida en un beso.
“Un buen beso en la boca nos conecta íntimamente de manera maravillosa. El contacto sentido nos enciende, nos potencia o nos aleja de la persona si es que no hay química entre los dos. Al besarnos no solamente se rozan nuestros labios, sino que nos olemos y las famosas feromonas que todos despedimos y que la única propiedad que poseen es la de atracción están ahí, ofreciéndonos su mensaje. Sustancias químicas naturales que nos atrapan o nos repelen, nos transmiten mucho al compartir esa unión”, dijo a Infobae la “sex coach”Mariela Tesler.
Según confirma la ciencia, al besarse, se libera libera dopamina (la hormona responsable del placer y del amor romántico); oxitocina (hormona que permite sentir apego), serotonina (que disminuye los sentimientos de tristeza) y testosterona que induce y potencia el deseo sexual.
Con un beso, quedan involucrados 34 músculos, aumenta la presión sanguínea y se acelera el pulso como consecuencia de la liberación de adrenalina.
Si de bacterias se trata, según un estudio publicado por Microbiome Journal, 80 millones es lo que se comparte con el intercambio de fluidos de cada beso. Y por ello, el sistema inmunológico se ve totalmente beneficiado.
“Muchas personas utilizan el beso como forma de conocer si serán compatibles. Un primer beso puede transmitirnos mucho de la química de la futura pareja. Asimismo, para la pareja con apatía sexual, volver al beso apasionado es un gran ejercicio para recomendar. Utilizando la lengua, recorriendo los labios con cuidado con mordiscos y algún jugueteo, son técnicas muy usadas por los sex coach para volver a conectar”, agregó Tesler.
