Ley de talles: la problemática de conseguir ropa de todas las medidas

En los comercios dedicados al rubro indumentaria de la ciudad capital existe una demanda que pocas veces puede cumplirse, se trata de los talles grandes o especiales. A las personas con un cuerpo que no concuerda con el “estándar de la moda” les es casi imposible conseguir ropa a su medida a menos que acudan a comercios especializados o confeccionen su vestimenta de forma particular, lo cual puede resultar costoso. 


“Los locales tienen la obligación de adherirse a la sanción existente que contempla los talles, existe una normativa a nivel nacional que establece que los comercios deben contar con todas las medidas de ropa, es una normativa que se desprende de la Secretaría de Comercio de la Nación”, aseguro  Alejandro Garzón Maceda, titular de la Dirección de Defensa al Consumidor. 
 
A pesar de no existir una verificación formal para que los locales posadeños de ropa respeten la norma y los pedidos de los clientes, “los comercios deben tener alguna indumentaria que cumpla el requisito o el interés del consumidor, según lo establece el dictamen. De no ser así, les corresponde una sanción por parte de las autoridades competentes”, indicó Maceda. 
 
Sobre los reclamos que existen por parte de los compradores, el funcionario aseguró que “en la oficina tampoco reciben consultas, el tema de no conseguir ropa de tal tamaño o medida no se ve reflejado en denuncias por parte de los compradores”. 
 
En cuanto a las inquietudes de las personas que no consiguen un talle que se adapte a su cuerpo, este Diario realizó un sondeo en el que la mayoría respondió que “en Posadas no se respetan los talles de la ropa y es casi imposible conseguir talles XL”. 
 
Laura comentó algunos de sus problemas para comprar una prenda nivel local: “si fuera por los talles que hay en la ciudad tendría que andar desnuda hace años. La última vez que me pude comprar ropa acá fue en el 2006 después de una denigrante cuota de imbecilidad de los dueños y vendedores”. 
 
Rocío sostuvo que existe una dificultad para las personas jóvenes que usan talla grande. “Hasta el 46 capaz conseguís ropa que concuerde con tu edad y forma de cuerpo pero del 48 en adelante, si sos talle XL, ya encontrás ropa en modelos para señora. Hay tiendas contadas con los dedos que venden ropa XL y ¿te visten como de tu edad? No, triste realidad”.
 
Parece ser un problema que se ve reflejado también a la hora de conseguir ropa interior: “La última vez que me compre un corpiño tuve que hacerlo en Buenos Aires, pagué 680 pesos y era horrible”, recordó Laura. 
 
Otra persona que encontró inconvenientes fue Mariela, quien protestó porque “las que somos de gran busto sufrimos bastante, y en cuanto a la ropa interior resulta un parto conseguir que ambas piezas te calcen”. 
 
El tema de conseguir calzado suele requerir una búsqueda más exhaustiva en el caso de tener pies que salgan del “promedio”. Ser una mujer que calza más de un talle 36 en Posadas no es algo fácil, así lo relató Estela, “lo de los pies es horrible en serio, zapatos no conseguís y los vendedores te hacen sentir mal cuando decís que calzas 40. En mi caso recorrés mil lugares para conseguir un zapato horrible. Yo calzo 40 y no consigo nunca”. 
 
La variedad es un tema que entra en la discusión sobre los diseños disponibles, las telas y sus tamaños, lo cual afecta no solo a las personas con sobrepeso, como se creería, sino también a las muy delgadas, de contextura pequeña o personas altas. 
 
Carolina comentó que “veo que se manejan solo dos talles: el chico y el mediano. Pero el problema que el diseño de la ropa es muy limitada. El talle chico a mi me queda muy chico, y el mediano no me queda como me gustaría que me quede, y si el mediano no te queda, listo, andate. Más allá del talle, es la ’moda’ impuesta, porque vas de una ropería a otra y ves más de lo mismo, confecciones aburridas”.
 
Un mal del país
El inconveniente de los talles es algo que se vive prácticamente en todo el país, no es algo a nivel provincial o local.
Actualmente el movimiento Anybody Argentina reclama que se unifiquen los dictámenes existentes en las provincias con una ley nacional que regule minuciosamente la indumentaria disponible, su fabricación y distribución.
Es para que se cumpla una igualdad en las distintas opciones de ropa que puedan conseguirse, las cuales contemplen las medidas corporales normalizadas conforme el estudio antropométrico que realizaría el Instituto Nacional de Tecnología de Argentina