Equipaje cool: lo nuevo para viajar

Desde las fundas hasta la incorporación de GPS, el negocio de las valijas enfrenta un proceso de recambio en el que también influye la presión de las aerolíneas para reducir los tamaños

Las tecnología y personalización, menos tamaño. Estas son las premisas en el negocio del equipaje que vive un momento de fuerte expansión de la mano del abaratamiento de los viajes gracias a las aerolíneas low cost, pero que a la vez enfrenta la presión de las mismas compañías áreas por ganar espacio en las cabinas a fuerza de achicar las valijas.
En la industria reconocen que desde la aparición en la década del 70 de las primeras valijas con rueditas su negocio no enfrentaba cambios tan relevantes, que pasan no sólo por una cuestión tecnológica sino también por un tema estético.

Verónica Kolodesky estaba en el aeropuerto esperando a su hijo que volvía de Nueva Zelanda cuando, viendo las valijas uniformes pasar, se le ocurrió la idea de crear un producto que personalizara el equipaje para que lo pudiera identificar más fácil y además lo protegiera. Así fue como a fines de 2015 decidió fundar Vestir tu maleta, una empresa que fabrica fundas de equipaje hechas de poliestireno y elastano, que tiene un sistema de cerramiento que se traba con un precinto, y que a la actualidad ya lleva recaudado un millón y medio de pesos en ventas.

La marca diseña ilustraciones propias, de figuras geométricas, imágenes de naturaleza, e imágenes de viajes, y se expandió a diseños de autor, que incluyen los dibujos del historietista Liniers, las obras de la artista plática Karina el Azem e ilustraciones creadas por Fernanda Cohen en línea con el blog Chicas en New York. Una funda chica para el carry-on cuesta entre $790 y $890, mientras que para las valijas más grandes puede trepar a 1300 pesos. Además, Vestir tu maleta vende accesorios de viaje de diseño, como mantas, antifaces, cuellos y necessaries.

Si bien, la empresa no tiene locales físicos y la mayoría de sus ventas son online o en puntos de ventas no oficiales como el hotel Faena y la sastrería Luigi De Carlo, el 58% de sus ventas son clientes corporativos, en una lista que incluye al Banco Hipotecario, la telefónica Claro, el laboratorio Pierre Fabre y la señal de TV Nickelodeon.

Otra compañía que sigue lo mismos pasos de crear fundas para maletas es Cubritas, que comenzó a operar en enero de este año. “Hace dos meses tenemos un local en Buquebus con el fin de acercar el producto a los clientes ya que la gente no lo conoce mucho todavía. Las fundas nacieron como reemplazo de los plásticos que ofrecen en los aeropuertos para proteger las valijas. Nuestra propuesta es una alternativa más ecológica y sustentable ya que las fundas se pueden usar hasta siete veces y terminan siendo más económica”, explica Pablo Obermuller, socio gerente de la marca.

El precio promedio del tamaño más chico es de $ 579 e incluye un servicio de seguro por un año en caso de pérdida del equipaje. La empresa, que también comercializa diseños para chicos, tiene ventas mensuales promedio de $ 500.000 y estima que en 2017 superarán el $ 1 millón. Además, ya llevan vendidas más de 6000 fundas y entre sus clientes corporativos, a los cuales les fabrican el cobertor personalizado con su logo, tienen al banco ICBC, la empresa de cosméticos Revlon y la compañía de seguros San Cristóbal.

Siempre a mano

Cuando el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, visitó el país, las autoridades nacionales decidieron regalarle la valija inteligente Bluesmart. Sin embargo, los hombres de seguridad que acompañaban a Potus no le permitieron aceptar el presente ya que el equipaje tenía incorporado un GPS para determinar su ubicación física.

La valija, que fue creada por los argentinos Martín Diz, Diego Saez Gil, Tomás Pierucci y Alejo Verlini en 2013, está interconectada con el teléfono, lo que le permite al propietario abrir y bloquear el equipaje con una aplicación. La valija cuenta también con una batería interna para cargar el teléfono o la tablet, una balanza interna y un bolsillo especial para guardar los dispositivos electrónicos y sacarlos fácilmente al pasar por los controles de seguridad.

“Generalmente en el último trimestre del año es donde duplicamos las ventas de los primeros nueve meses, producto de la alta demanda por el Black Friday (día de promociones importantes en Estados Unidos) y por Navidad. En promedio, la gente que viaja cambia la valija cada tres años”, dice Pablo Orlando, director de la compañía para América latina.

El carry-on, que es utilizado por el velocista jamaicano Usain Bolt y la modela Calu Rivero, cuesta $ 8000 y, desde que comenzaron a comercializarla en 2013, la empresa ya lleva vendidas más de 30.000 valijas a más de 80 países. La Argentina representa sólo un 5% del total de las ventas, donde se vende únicamente por Internet. Sin embargo, Orlando asegura que para marzo del 2017 expandirán la oferta en el país a otros colores y nuevos productos, e incorporarán nuevos puntos de venta.

Asimismo, la empresa norteamericana Samsonite siguió los pasos de la Bluesmart y el año pasado lanzó su propia aplicación para rastrear el equipaje. En 2014 se perdieron 24,1 millones de maletas, de las cuales el 85% se devolvieron dentro de las 48 horas y un 5,5% se perdieron.

Una de las primeras casas que comenzó a vender equipajes es Maxime, que en 2015 despachó más de 7000 valijas y para 2016 espera un incremento de 20%, a pesar de ser una mal año para el turismo. “El tamaño que más vendemos es la mediana, seguida por el carry-on. La marcas tienden a hacer el equipaje cada vez más chico y más liviano porque las aerolíneas no quieren llevar tanto peso. De igual modo todas las nuevas valijas vienen con cuatro ruedas para que el usuario no haga esfuerzo al trasladarla”, explica Fernanda Morales, una de las dueñas de la empresa familiar. “Los meses de vacaciones son los de mayor demanda y aunque es un producto de alta rotación, de entre tres a cinco años, hay muchos clientes que cambian el equipaje antes por un tema de moda. El precio básico de una valija es de $ 1500 y una de cuero puede llegar a valer hasta $ 7000”, detalla.

La llegada de la tecnología y la personalización al negocio coincide con lo que se espera que sea un recambio importante en la industria impulsado no sólo por la renovación natural del equipaje, sino por la presión de las aerolíneas.

En este sentido, el punto a tener en cuenta es la decisión de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) que recomendó hace un par de meses reducir el estándar del equipaje de mano de las actuales medidas de 56x45x25 cm a 55x35x20, que es el tamaño que hoy están aceptando las aerolíneas low cost.

Por: Sofía Diamante