Entrenamiento de perros buscadores de dinero

En los últimos días fueron protagonistas por su aporte central en el avance de las causas judiciales por corrupción. Razas, tipo de capacitación y secretos detrás de los "caza billetes".

Descubrieron una valija con USD 90 mil en los operativos que se hicieron en las estancias de Lázaro Báez en Río Gallegos. También encontraron 30 bolsos con olor a dinero en la casa de Milagro Sala. Estos rastreadores profesionales no son fiscales, detectives ni policías. Sin embargo han resultado ser una herramienta esencial para la justicia.

Se trata de los perros que usa la AFIP para identificar dinero no declarado en pasos fronterizos o aeropuertos, y que fueron puestos a disposición de la investigación judicial que se lleva adelante por la “ruta del dinero K”, así como el supuesto desvío de fondos por el que está siendo investigada la líder del movimiento social Tupac Amaru.

Un perro puede oler 20 mil veces más que un humano. Y es capaz de percibir un aroma hasta a 20 kilómetros de distancia. No sorprende, entonces, que los canes sean los animales elegidos para llevar adelante estas tareas detectivescas, sin embargo, la clave del éxito pasa por el entrenamiento. “Se empieza cuando el cachorro tiene dos meses y se trabaja unas ocho horas diarias durante al menos dos años o dos años y medio”, aseguró Daniel Condoleo, adiestrador y director de la Unidad Canina de Bomberos Voluntarios Vuelta De Rocha.

UN PERRO PUEDE OLER 20 MIL VECES MÁS QUE UN HUMANO

Si bien en ese centro educan específicamente perros que se encargan de buscar personas extraviadas o atrapadas en derrumbes, la técnica de trabajo tiene la misma lógica que la que se emplea para identificar billetes, sustancias u otros objetos. “En el caso de rastreo específico, ya sea para buscar una persona, dinero, droga o explosivos se trabaja con precursores, es decir con los distintos componentes del producto. En el caso del dinero, se le hace oler al animal todas las variantes de tintas presentes en el billete”, subrayó el especialista.

Por su parte, el adiestrador y experto en comportamiento animal Ignacio Ojeda Bonillo recalcó la importancia de que haya un primer acercamiento del animal al sitio donde va a moverse con frecuencia. “Hay que hacer trabajos de estimulación temprana porque estos perros van a estar en situaciones de constante estrés y mucho movimiento, por eso tiene que aprender a soportar la exposición a ruidos o a otros estímulos sin asustarse”, destacó Ojeda Bonillo.

En este sentido sugirió que, si por ejemplo, el can va a desempeñarse en aeropuertos, vaya con su guía y que se empleen asociaciones positivas en el lugar. “Darle una golosina o permitir que la gente lo acaricie. Es importante que sea un perro sociable”, dijo.

EN GENERAL USAN LAS OREJAS, QUE SON LARGAS Y CAÍDAS, COMO GUÍAS PARA MOVERSE EN EL TERRENO QUE EXPLORAN

El segundo paso es el condicionamiento clásico, que en este caso consiste en vincular el juego con ese aroma que el animal deberá buscar. Para esto se impregna una pelota, trapo o cuerda con el olor que se quiere que identifique, en este caso el billete. Se esconden esos objetos en distintas partes de un terreno y cada vez que el can los encuentra se lo premia jugando con él y entregándole, por ejemplo, una pelota mordiente o cualquier otra cosa que le dé placer. “No conviene usar como premio la comida porque sino el perro puede terminar siendo obeso”, reflexionó Condelo.

“El entrenamiento se suele hacer en lugares con pasto alto y ya, en un ejercicio posterior, se esconde el elemento detrás de un mueble: la idea es ir complejizando la búsqueda a medida que vaya avanzando. La idea es apelar al olfato y a su instinto de ir tras la presa, en este caso el elemento que tenga el olor determinado”, añadió Ojeda Bonillo.

¿Existen razas más adecuadas para hacer este trabajo?

Si bien hay diferentes temperamentos, en todos los casos y más allá de las razas todos los perros se pueden entrenar.

De todos modos, el Labrador, Golden Retriever, Beagle, Bloodhound o Weimaraner son los que se emplean con más frecuencia. Son los que tienen mejor olfato y mayor predisposición para ser adiestrados.

“En general son perros de orejas largas y caídas. Como se concentran tanto, cierran los ojos y las orejas les funcionan como guías, les sirve para saber si el terreno sube o baja y en función de eso se van desplazando”, detalló Condelo.

“En algunos casos tienen muy buen olfato pero suelen ser un poco más lentos para el aprendizaje, como puede ser el aso del Beagle”, profundizó Ojeda Bonillo.

“Por lo general se seleccionan desde cachorros. Se busca cruzar perros que tuvieron buen desempeño para que la cría tenga buena respuesta. Esto se llama línea de trabajo y es lo ideal, aunque a veces la realidad es que usan a los perros que tienen a disposición y los entrenan”, cerró el especialista.

Por: Desiree Jaimovich