A punto para el primer estadio: Las Pastillas del Abuelo llega a Ferro

El popular septeto de rock fusión presentará este sábado las canciones de "paradojas", un álbum que -afirmó Juan "Pity" Fernández, vocalista y compositor- "significa muchos cambios compositivos" y que llega en "un momento muy particular".

Del mismo modo que catorce años atrás decidía darse a conocer con un show en La Colorada, local a metros de Primera Junta, LPDA regresará a Caballito, barrio que lo vio nacer, para presentarse en un estadio por primera vez en su historia, celebrar el lanzamiento de un contundente “Paradojas” y por qué no, también festejar el recital que brindaron el pasado 26 en Cuba.

“En el 2009 decíamos todo llega, y tocábamos al aire libre por primera vez”, recordó “Pity”, sobre aquel multitudinario recital de verano que convocó a 17.000 personas en Parque Roca, en una conferencia de prensa ofrecida a una veintena de periodistas el pasado miércoles 16 en un cálido bar de Palermo.

Y añadió: “Hoy sentimos algo similar, el estadio también puede llegar y hoy está llegando. Es un momento muy particular de Pastillas, y se está disfrutando con un disco que significa muchos cambios compositivos y con Ale Vázquez”.

El séptimo álbum de estudio del numeroso grupo, “Paradojas”, reúne una docena de canciones escritas por “Pity”, Diego “Bochi” Bozzalla (guitarra y coros) y Alejandro Mondelo (sintetizador y teclados) que, trenzada en la idea de misterio, recorre momentos como padre y como hijo, y camina sobre el significado de las palabras.

“El álbum nos encuentra afianzados desde muchos lugares, sobre todo desde lo musical, y enfocados en evolucionar, por ejemplo dándole a la gente una imagen visual de Pastillas del Abuelo. Después, todo vuelve pero nunca se sabe cómo. Nos encuentra trabajando, no sé si en el mejor de los caminos pero dispuestos a disfrutar del paisaje de este camino que tomamos”, contextualizó “Pity” sobre el momento que actualmente transita el grupo.

Y es que en “Paradojas” no es menor el trabajo de producción de Alejandro Vázquez: “Ale nos agarró en un momento de madurez, fuimos a convivir por primera vez a un estudio y tratamos el audio desde otro lugar. Ale tuvo, por sobre todo, un manejo impecable de lo humano”, subrayó Fernando Vecchio (guitarra y coros).

En el mismo sentido, agregó: “Cuando te encontrás con alguien así, te llevás la sorpresa de que podés rendir más de lo que creías que podías rendir. Llegamos a un nivel musical, de audio y de efectividad en los arreglos que no sé si hubiéramos creído que podíamos llegar antes de la producción. Todo lo que trajo ‘Paradojas’ es impecable”.

Esta trilogía que pareciera encontrar su fin en “Paradojas” y esa idea de misterio y de disfrute de arenas movedizas y de incertidumbres, retoma desde el punto de vista de lo desconocido el meollo de “Crisis”, buscando valorar la situación de búsqueda en la vida; en medio de ambos: ‘Desafíos’ (2011) y ese apreciar la experiencia sin intentar juzgarla, tomar el fenómeno en sí. Esta trilogía pareciera encerrar una contradicción.

“La vida misma es una contradicción. El paradigma, la contradicción y una nueva síntesis que es la actualidad, otro paradigma. Se rompe la base y genera una crisis con nuevos desafíos, oportunidades y misterios”, ilustró Juan Comas (batería).

Para esta presentación la banda, que se completa con Joel Barbeito (saxo y coros), Santiago Bogisich (bajo), anticipó que tendrá una lista de siete invitados (uno por músico) y una gran puesta visual, que afianzará el sentido del álbum.

“Siempre le buscamos una cuota de originalidad desde lo artístico. Es muy difícil hacer cosas que no haya hecho nadie porque hay mucha historia detrás, pero siempre nos preocupó y nos sigue ocupando eso”, reflexionó Bochi.

Así da cuenta la discografía y las andanzas artísticas que este septeto fue montando a lo largo de sus 16 años de trayectoria: desde el álbum “Acústico”, de 2007, “Versiones”, en 2010, y la obra de teatro ciego “El barrio en sus puños” que, junto a Beto Sueyro, trajo consigo el álbum homónimo en 2014, y que pone en vilo futuras óperas rock.

-¿Cuál es el mensaje que Pastillas busca transmitir en sus canciones?
-Bochi: La interpretación del otro puede ser completamente diferente a lo que quisiste decir, así que si nos empecináramos en eso estaríamos errando. Podemos escribir la canción más lineal, más clara y menos metafórica pero le va a tocar una fibra íntima a quien la escuche, y ahí está la magia de la canción.
-Pity: Yo leo un montón de libros tratando de no acordarme que leí. Algunas cosas aparecen en momentos de emergencia intelectual, pero la información no es experiencia. Lo que queremos, más que la gente recuerde nuestra lírica kilométrica, es que recorra ese camino y que después se despoje de todo, porque no hay certezas.
Utilizo el beneficio de la duda, ese pisar sobre arena movediza que para mí es la síntesis de la vida, y está llena de criterios; y eso nos mantiene en un estado para nada negativo de caos que muchas veces hace que sea una motivación, un motivo para la acción. Tratamos de reflejar una imagen genuina en la que ya no estamos con el “Hombre mosca” ni con “El sensei” ni tocamos “El ratón”, hoy estamos en otra situación, pero en cuanto a las líricas no sé si hay mucha intención, sí un dejar fluir al misterio.

-¿Sienten algún tipo de responsabilidad o algo que deban decir sobre el escenario?
-Comas: Nosotros no somos las personas autorizadas para dar estos mensajes entonces tratamos de aprovechar el espacio que tenemos para cedérselo a la causa y apoyar. Es el camino que elegimos como banda y que nos gusta compartir.
-Bochi: Es complicado bajar línea, está el dicho y lo hecho. Podés decir un montón de cosas pero si después no lo podés sostener, se complica. La gente sale de su vida cotidiana y va a ver una banda porque quiere bailar y divertirse, y esa es nuestra responsabilidad. Después, podemos decir lo que pensamos sobre lo que pasa en el país pero el que pagó la entrada no espera que le digas eso, espera que le cantes y esa es nuestra función.

-¿Cómo ven esta nueva generación de músicos?
-Bochi: Veo mucha camaradería. Hay demanda, lo cual no es poco y he visto en notas que nuestro rock nacional por suerte es muy importante. Ha dejado la vara bien alta, sobre todo, en los 80 y se perpetuó en los 90. Pero en los 80 hubo una búsqueda musical sublime. Hoy entre nosotros nos ayudamos para poder sumar. Sin ir más lejos, este disco de Vázquez, fue una recomendación de El Bordo y de la Condena de Caín.
-Vecchio: Por ejemplo, con los chicos de La Vela Puerca tenemos una relación impecable y real. Estaban de gira, cansadísimos, y los hicimos ir al estudio sin dormir para grabar. Grabamos y siguieron de viaje. Eso habla de que la cosa va más allá de lo musical.